Historial de Catequesis

“ Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo ”

1ª Lectura: Génesis (22): La fe como confianza en Dios

I.1. La primera lectura está recogida de un texto muy importante en el ciclo de Abrahán (Génesis 22), probablemente el momento culminante de lo que Dios pide al padre del pueblo: la fe incondicional, hasta la vida de su hijo, el heredero, por el que había soñado. No podemos menos de pensar que en este relato, complejo, desconcertante pero hermoso a la vez, se ha querido plasmar todo una mentalidad de la época. Con el hijo "heredero" Isaac, que ya ha desbancado a Ismael por mor de su madre Sara, se quiere mostrar que Dios es quien conduce y quiere conducir esta historia de promesas. En realidad Dios es así para la mentalidad religiosa antigua. Se pide lo imposible para que todo termine siendo mucho más humano, teológico y entrañable. Se pretende mostrar que Abrahán, el padre del pueblo, sabe renunciar a todo. Es un relato, heroico donde los haya, para poner de manifiesto la fuerza de la fe de un pueblo que todo se lo debe a Dios.

“ Está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio ”

1ª Lectura: Génesis (9,8-15): Un diseño de liberación y de alianza

I.1. La primera lectura es el final del relato del diluvio (más amplio, porque abarca Gn 6,5-9,17), que es un texto lleno de sugerencias sobre la necesidad de ver que Dios, a pesar del alejamiento de la humanidad de su proyecto salvador, siempre ofrece oportunidades de gracia, como a Noé y su familia, que en este caso representan una nueva humanidad. Es un relato que actualmente está tejido sobre las teologías de las redacciones "yahvista" y "sacerdotal" (dos de las fuentes o tradiciones con las que se ha elaborado el Pentateuco) y que tiene paralelos con relatos del Oriente. Los autores bíblicos se han podido inspirar en ellos, pero dándole su tono teológico y catequético de acuerdo con la fe de Israel. Se busca poner de manifiesto que del "pecado y castigo" por una parte, se ha de pasar a la misericordia liberadora por otra, lo cual se representa extraordinariamente en la alianza con Noé y la humanidad.

“ Quiero: queda limpio ”

Iª Lectura: Lev 13,1-2.44-46: La lepra, entre higiene y maldición religiosa

I.1. El sentido de la primera lectura (Lev 13) no puede ser otro que ponernos sobre la pista de una ley de pureza que pretendía mantener a los hombres que padecían la enfermedad de la lepra fuera del ámbito de lo sagrado y de la identidad más radical del pueblo de Dios, del pueblo de la alianza. No se puede considerar que todo lo que la Biblia llama lepra corresponda a la famosa y técnica "hanseniasis" (el mal de Hansen). Es verdad que los Israelitas debían ser santos como su Dios era Santo, mandato que se refería a ser limpios física y moralmente (Lev 11,46 y 20,26). Las medidas higiénicas concernían a la convivencia social (Dt 23,15 y Lev 19,11-18); la construcción de sus ciudades y campamentos (Dt 23,9-14; Lev 11,1-33), basureros, dotación de agua, cuidado del cuerpo, así como de aspectos laborales y del descanso (Dt 16,24.25)), y otros. Se practicó el aislamiento de enfermos contagiosos (Lev 13) mediante la desinfección de ropa, objetos, instrumentos y casas por medio de la fumigación, el lavado o la ignición (Lev 20,26; Lev 14,32- 47).

“ Curó a muchos enfermos de diversos males ”

Iª Lectura: Job (7,1-4.6-7): Esperar contra toda esperanza

I.1. La primera lectura, del libro de Job, es lo que se ha llamado, con acierto, el lamento del “taedium vitae", el canto de la miseria que nos rodea en las situaciones más pesimistas de nuestra existencia. Para expresarlo, el autor, un sabio que se asoma al mundo que nos rodea para observarlo en profundidad, recurre a tres oficios duros y difíciles: la vida como un servicio militar y una disciplina inhumana, como esclavo que trabaja de sol a sol y como jornalero que aspira al final de la jornada para recibir salario y descansar como en un oasis. Es verdad que muchos viven así, quizás con el sentido escéptico de que no queda más remedio; sin valorar el mismo misterio de la vida, de lo que significa abrir los ojos y vivir esta vida… que a veces es hermosa y otras, desde luego, no lo es.