A los pies de nuestra Madre del Cielo

de Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey

MENSAJE A LA COMUNIDAD

14 de agosto de 2016

Como es tradición en todas las Diócesis y Arquidiócesis del País, hemos realizado la visita anual a nuestra Madre del cielo, la Virgen de Guadalupe, en su Basílica del Tepeyac. Han sido más de 5,000 fieles los que han participado, así como todos los alumnos y formadores del Seminario, más de 100 sacerdotes, los dos Obispos auxiliares y un servidor.

Este peregrinación, como en años anteriores, fue precedida con la visita al Cerro del Cubilete, en Guanajuato, en donde también celebramos la Eucaristía, para agradecer a Cristo Rey todas sus bendiciones y encomendarle el caminar de nuestra Iglesia Arquidiocesana.

El caminar a estos dos grandes Santuarios Nacionales, así como muchas otras actividades de piedad popular, son una invitación a fortalecer nuestra fe, y los lazos de comunión que existen entre todos los fieles de la Iglesia.

Esto nos ayuda a recordar que todos los cristianos tenemos una misión en este mundo, y que debemos cumplirla junto a quienes van con nosotros en el camino, independientemente de las creencias que nuestro prójimo pueda tener y que debemos respetar. Nuestra misión incluye el buscar que este lugar sea cada vez mejor, y que no nos limitemos a colaborar solo con quienes piensan igual que nosotros, sino que aprendamos también de quienes tienen algo bueno que decir y compartir.

En este peregrinación, hemos encomendado las intenciones de todos, pidiendo especialmente por los enfermos y por quienes tienen alguna necesidad especial, así como por los diáconos que serán ordenados sacerdotes el día de mañana, 15 de agosto, en la Basílica de Guadalupe en nuestra ciudad.

Invito a todos los fieles a unirse en oración por los nuevos sacerdotes y a participar de la Santa Misa que presidiré a las 6:00 p.m.

Para la Iglesia, siempre será motivo de alegría y gratitud el recibir a nuevos presbíteros, así como a los nuevos alumnos del Seminario que inician su camino de formación hacia el sacerdocio.

Sabemos que hacen falta muchos sacerdotes, sobre todo ante el incremento acelerado de la población en nuestro Estado, por lo que debemos seguir en una continua oración y promoción vocacional, pidiendo la intercesión de la Bienventurada Virgen María.