¡EL TIEMPO CIVICO IMPORTANTE DE LAS ELECCIONES!

​Hay que tener presente, que la -Política- es un aspecto, que nos exige vivir el compromiso, de servicio a los demás; y participar en las exigencias y decisiones, para que haya un bien Común en favor de los ciudadanos. Todo ser humano, en cuanto persona tiene el derecho y el deber, de participar de una forma o de otra en la vida pública y que sean oídas sus opiniones, sobre lo que puede ayudar al Bien Común de los ciudadanos. Estamos viviendo la etapa decisiva del proceso electoral, todos los ciudadanos debemos interesarnos por la vida pública y coopera al Bien Común, dando nuestro “VOTO” aunque secreto, en forma libre y responsable. Para lograr esto, es necesario conocer lo mejor posible el ideario de cada partido, que implica: su lema, su filosofía política, su planteamiento económico, su actuación política y social, su política exterior. Lema del P.R.I. ¡DEMOCRACIA Y JUSTICIA SOCIAL!, del P.R.D. ¡DEMOCRACIA Y PATRIA PARA TODOS!, del P.A.N. ¡POR UNA PATRIA ORDENADA Y GENEROSA!, del P.T. ¡UNIDAD NACIONAL, TODO EL PODER AL PUEBLO!, así como otros partidos políticos relativamente nuevos y los que ya desaparecieron. Debemos estar bien informados sobre el programa de gobierno, que cada candidato se propone realizar. Ver su capacidad y prestigio moral, para tener la confianza razonable de que los elegidos para ocupar puestos públicos, buscarán siempre el bien de la comunidad y no intereses particulares. Todos, pero sobre todos los católicos, por la Fe que profesamos debemos actual de una manera íntegra y consciente, para que los puestos públicos sean ocupados por personas capacitadas para cuidar y proteger los intereses que se relacionan con los derechos humanos y administrar bien los asuntos públicos, urge un cambio profundo de actitudes y estructuras. Primero es el “SER” después el “TENER”. Hay que combatir el afán de satisfacer desordenadamente los sentidos, y acabar con el hedonismo porque el gozar desordenadamente de las cosas terrenas, no es felicidad verdadera, ni perfecciona al hombre; al contrario lo degrada. Hay que espiritualizar al hombre, mediante el uso ordenado de sus sentidos, ya que esto, lo personaliza y dignifica. La vida sana física y moral de cada miembro de la sociedad contribuye al bienestar del cuerpo social. Lo inverso también se puede dar y así el mal físico o moral de los miembros produce malestar a todo el cuerpo social. De aquí que las funciones de los que tienen responsabilidad del poder civil, son de gran importancia y nobleza, porque tienen el deber y la obligación de cuidar y proteger no sólo la saludo física de los asociados, sino también la salud moral de la comunidad, para poder vivir en paz.
 
​Las autoridades civiles, deben trabajar juntos con los miembros de la sociedad, por el BIEN COMUN. Pero éste, implica no sólo el aspecto económico-material, también conlleva la administración de la justicia con la que tiene que proteger los derechos de la comunidad y de sus miembros. Fomentar la cultura con una enseñanza que no sólo transmita fragmentos de ciencias, sino educadora de valores morales y religiosos, que son la base de una vida éticamente encomiable. Hace falta una cultura que capacite a los ciudadanos para que puedan hacer frente a las exigencias y retos que presenta la época actual muy avanzada en técnica y ciencia, pero que no fomenta los valores humanos y cristianos. Urge que se tenga una recta escala de valores, para saber dar a cada uno el lugar que le corresponde. Se da mucha importancia a los valores infrahumanos que son comunes con los de los animales y se relegan a los religiosos que nos unen con la DIVINIDAD. Como discípulos del maestro de Nazaret, tenemos que participar en la búsqueda de las mejores personas, para que ocupen los puestos públicos y que realmente logremos cambiar, de la injusticia y la opresión, a la justicia y fraternidad liberadoras. Del individualismo egoísta a la solidaridad comunitaria. Del abuso de lo superfluo a la actuación preferencias de las necesidades básicas. Necesitamos personas que no se aparten de la justicia, ni se excedan en el poder y que trabajen por una vida más humana para todos. Desde luego que las clases sociales, no son rivales sino complementarias y por lo mismo necesarias, son la riqueza de la sociedad. El enfrentamiento no es la solución, sino el acercamiento fraternal.
 
​De aquí se sigue, que las responsabilidades de los gobernantes son serias y de mucho peso. La autoridad civil tiene una misión importante que cumplir y de la manera en que la ejerza, depende la prosperidad económica y el desarrollo integral de los asociados que están bajo su cargo. Por consiguiente, prepárese para emitir su VOTO con conciencia crítica; analice las situaciones, enjuicie serenamente las actuales estructuras sociales y decida por convicción propia por quién votará. Para que el elegido gobierne para todos y para bien de todos. Que sepa impulsar y educar a los ciudadanos a participar consciente y responsablemente, en el logro del bien común y emprenda con valentía los cambios que favorezcan al bien del cuerpo social. La autoridad es necesaria en la sociedad civil, pero que las personas que buscan este puesto, no olviden, que toda autoridad humana tiene como principio, la autoridad Divina y por lo mismo debe ejercerse, de una manera correcta que no viole esta autoridad; permitiendo actitudes como: el aborto, el “matrimonio” entre personas del mismo sexo, la Eutanasia, etc. Ciertamente somos libres, pero toda libertad de expresión y demás, tienen sus límites. Si no se observan y se cumplen, se convierte en -libertinaje y anarquía-. Así pues es necesario que haya equilibrio entre libertad y autoridad, para evitar arbitrariedades de parte de la autoridad pública. Estudie bien a las personas que quieren estos puestos públicos y vote por el que Usted crea, que será un BUEN SERVIDOR PUBLICO. ¡Arriba y adelante! Para que haya menos: violencia, drogadicción, engaño, mentira e hipocresía, que nos alejan de la justicia. Que haya más amor fraternal, que nos empuje a la mutua ayuda y superación, en todos los aspectos éticos, para que haya un buen -Bien Común-.