de José Luis Chávez Botello
Arzobispo de Antequera-Oaxaca
Comunicado de prensa.
Julio 5 de 2015.
El que la UNESCO haya elegido la ciudad de Oaxaca para celebrar sus 70 años con tres magnos conciertos; tiene un mensaje importante que debemos recoger y asimilar. La cultura, las artes y la fe en todas sus expresiones, llevan a la verdad, al bien, a la vida auténtica; nos hacen descubrir la belleza a nuestro alrededor, elevan el espíritu, atraen, ayudan a ver más allá de lo material; son espacio de encuentro y escuela de valores importantes para la vida.
Veamos por ejemplo la música: el niño que aprende a cantar y a tocar bien un instrumento musical va descubriendo y asimilando el valor de la disciplina, del respeto, aprecia y valora los sonidos de otros instrumentos, aprende a escuchar, a dialogar y a convivir, experimenta la importancia del esfuerzo y constancia en el aprendizaje y "ensayos"; disfruta con los demás. Veremos luego una vida más ordenada, más abierta, más responsable y constructiva.
No es casualidad que en las comunidades de Oaxaca donde la música continúa cultivándose desde décadas en los niños, allí se den menos conflictos; no es casualidad que personas realmente cultas y grandes artistas sean más sensibles y se preocupen por el bien de su pueblo y de sus semejantes, que se hayan opuesto y se opongan a toda clase de violencia, deterioro de la vida y a dictaduras; no es casualidad que en los templos se concentren variadas y ricas expresiones de cultura, de las artes y de fe por los valores y actitudes que desde allí se cultivan y se fortalecen.
La cultura es una manera humana de relacionarse con los demás, con el mundo y con el trascendente; quienes transmiten valores, buenas costumbres y bellas tradiciones, hacen y transmiten cultura: los buenos campesinos, los profesionistas y comerciantes honestos, los gobernantes y líderes entregados al bien común, artesanos y artistas populares con sus dones, los obreros y amas de casa responsables, sobre todo, los padres de familia que viven y educan en el amor y unidad. Son personas cultas que al transmitir verdad, bondad, belleza o la fe cumplen una misión social y hacen cultura.
Las personas realmente cultas son las que hacen vida los valores que van aprendiendo en el hogar, en la escuela, en el trabajo y en las relaciones con los demás; lo muestran en su manera de vivir, comparten su obra, buscan sembrar y dejar a los demás sus logros y hasta lo que más aprecian; sus palabras, su obra y su vida trascienden generaciones, dejan un patrimonio para los demás. En Oaxaca, en México y a nivel universal siempre encontramos personas así: músicos, pintores, poetas, arquitectos, escultores, científicos, escritores, artesanos, hombres y mujeres de fe sólida.
Donde crece la violencia pronto se descuidan la cultura y las artes, hasta se destruyen verdaderos patrimonios históricos, se ataca la fe; en esas situaciones, las personas cultas, los artistas y los creyentes suelen ser relegados, presionados y hasta atacados; es una enseñanza importante de la historia. Es mentira, es contradictorio que una persona se diga o se crea culta y opte por la corrupción o la violencia; es traicionar el sentido y finalidad noble de la cultura, de las artes y de la fe; son como el científico que se dedica a inventar armas más eficaces para destruir y matar.
De allí la importancia de apreciar, fortalecer y custodiar la cultura, las artes y la fe; también las culturas populares en sus variadas expresiones. México y en concreto Oaxaca, cuentan con cimiento y raíces culturales, artísticas y de fe muy ricas; no permitamos que las destruyan. La campaña por la Reconciliación y la Paz tiene que ver mucho con la fe, con la cultura, con las artes, con la ecología, con la educación de calidad, en el fondo, con todo lo que tiene que ver con la vida auténtica; son las armas y caminos seguros para la reconciliación y la paz social.
Con mi saludo y bendición para todos.