Andaban como ovejas sin pastor
Tema general: Es la continuación de los domingos anteriores que se centraron en la llamada para la misión. Hoy se nos invita a contemplar esta reflexión en la figura del pastor, su simbología, su significación, sus actitudes y sus cualidades
Primera lectura: Jeremías 23,1-6.
Marco: El capítulo 23 forma parte de una sección amplia de este libro que recoge una serie de oráculos contra los reyes y contra los falsos profetas. Por tanto los oráculos se dirigen contra las dos instituciones principales del pueblo de Israel. Dirige duros reproches a los reyes de Judá, enjuiciando su comportamiento personal y su modo de gobernar al pueblo. Y también contra los falsos profetas que anuncian falsa paz y falsa prosperidad en un momento de gravísima crisis y peligro inminente la invasión.
Reflexiones:
1ª: ¡ Los pastores tienen la noble y grave misión de ser representantes de Dios!
¡Ay de los pastores que dejan perecer las ovejas de mi rebaño...Y mismo reuniré el resto de mis ovejas! Es bien conocida la imagen del pastor cuando se habla de la dirección de la vida de los pueblos. No es una imagen exclusivamente bíblica, pues la encontramos en los textos de otras religiones y pueblos. Israel heredó esta imagen y se la aplica en primer lugar a su Dios Yavé. Como ejemplo, recordemos el salmo 79: Pastor de Israel, escucha, tú que guías a José como un rebaño. Por tanto, la imagen del pastor aplicada a Dios significa solicitud por su rebaño que es su pueblo. A los reyes como representantes o lugartenientes de Dios, porque el rey de Israel es propiamente Dios mismo. Así lo recuerda la Escritura constantemente y de modo especial Is 7, en la profecía del Enmanuel. También los profetas participan de esta cualidad de pastores del pueblo en nombre de Dios. Pero pueden ser falsos profetas. Y contra ellos habla Jeremías. El destinatario de estos carismas es el pueblo. Y a los pastores se les exigen unas determinadas actitudes que quedan reflejadas a continuación. Ayer como los representantes del único Señor de ka historia son urgidos a revisar su tarea de dirigir al pueblo al bien común. Y todos participamos, en cierto modo, de esta misión.
Segunda lectura: Efesios 2,13-18.
Marco: Forma unidad con la primera parte de la carta centrada en el misterio de Cristo y de la Iglesia. La lectura de hoy viene precedido por Ef 2,1-12 que habla de la salvación ofrecida gratuitamente en cristo. El fragmento que hoy proclamamos podría llevar como título general: Cristo, artífice de la paz y de la unidad.
Reflexiones:
1ª: ¡Cristo es nuestra paz!
Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa. Jesús, el Pastor, ideal tiene como primera tarea la que corresponde al verdadero rey-pastor, es decir, garantizar la paz. Estas afirmaciones del apóstol hay que enmárcalas en lo que significó históricamente la entrada de los gentiles en la Iglesia. Hasta la venida de Cristo, los judíos dividían al mundo en dos partes: judíos, pueblo de Dios llamados a la salvación y los gentiles, malditos y alejados de la salvación. La obra de Cristo, el Buen pastor, es el acercamiento y la comunión. Tengo otras ovejas que no son de este redil. También tengo que atraerlas y habrá un solo rebaño y un solo pastor (Jn 10). Esta misión de Jesús se enmarca en la línea que recibimos del Antiguo Testamento: el rey ha de garantizar la paz en el pueblo de Dios. Y ahora el pueblo de Dios está formado por judíos y gentiles. Ayer, como hoy, esta palabra invita a una profunda revisión de nuestras actitudes frente a los otros pueblos. Por cierto, ahora lo estamos viviendo de una manera sangrante con el gran problema de los inmigrantes ante los que los creyentes debemos optar por un gran compromiso de acogida y de comprensión. Todos son invitados a vivir en la paz y en la concordia.
Tercera lectura: Marcos 6,30-34.
Marco: seguimos, como el domingo anterior, en la tercera sección de la segunda parte del evangelio de Marcos que nos conduce de Nazaret, donde ha sido rechazado, hasta Cesarea de Felipe donde es reconocido como Mesías por Pedro, portavoz de los apóstoles. Es la continuación del hilo que dejamos el domingo pasado centrado en la llamada de los apóstoles y en un primer envío a evangelizar. Ahora nos explica Marcos la vuelta de los doce.
Reflexiones:
1ª: ¡Vamos a un sitio solitario para descansar un poco!
Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho. Debo reconocer que esta escena siempre me causa un impacto personal singular. Los apóstoles son enviados como colaboradores del Jesús. Son los continuadores de la obra que va a realizar como buen pastor. Jesús ha depositado en ellos su confianza al asociarlos a la tarea común. Y los ha enviado lleno de confianza en que su Padre cuidaría de ellos. Y ahora vuelven contentos a dar cuenta de la misión realizada. Una escena ciertamente profunda y a la vez entrañable. Los futuros pastores en comunión con el Pastor. Y son invitados a un lugar tranquilo. Es necesario un tiempo de calma para sopesar el resultado de esta primicia de la misión que anuncia y prepara la gran misión apostólica que realizarán después de su Resurrección y para todos los pueblos. Ayer, como hoy, Jesús sigue depositando su confianza en sus pastores. Y ayer como hoy necesitamos encuentros tranquilos con el Maestro y Pastor que nos envía. ¿No necesitarla Iglesia y los pastores que en ella ejercen el ministerio recurrir con más frecuencia a un lugar tranquilo para revisar con el Maestro la tarea! Urgente advertencia para todos.
2ª: ¡ Andaban como ovejas sin pastor!
Eran tantos lo que iban y venían que encontraban tiempo ni para comer... Muchos fueron corriendo al lugar donde estaba Jesús...Andaban como ovejas sin pastor. Jesús es realmente el modelo de Pastor, el mejor Lugarteniente de su Padre. Se encarnan en él todas las cualidades que se esperaban del rey-pastor: rectitud, fidelidad al proyecto de Dios, procurar la realización de las cláusulas de la alianza, solicitud, generosidad y el don de la vida para llevar adelante la empresa. Jesús abre camino para que la humanidad logre experimentar la salvación. El Buen Pastor todavía encarna otra cualidad de Dios como Pastor y que deseaba la tuvieran sus lugartenientes para el pueblo de Israel, es decir, la actitud de misericordia. Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaba como ovejas sin pastor. La misericordia, he ahí una gran característica del Pastor-Yavé y del Pastor Jesús. Ayer, como hoy, es urgente que los pastores sintamos profundamente la situación de las gentes a quienes somos enviados. La misericordia, de la que tan escaso anda nuestro mundo, es prerrogativa y característica de los verdaderos y solícitos conductores del pueblo de Dios. Misericordia no debilidad. Solicitud no acaparamiento. Generosidad en el respeto a la libertad de cada uno. Este talante de Jesús es un compromiso para los pastores de hoy.
Fr. Gerardo Sánchez Mielgo
Convento de Santo Domingo. Torrent (Valencia)