El escritor que nos narra la historia de la creación del universo, inspirado por el Espíritu Santo, nos describe con una doctrina profunda y a la vez sencilla, el origen del mundo, la creación del cielo y de la tierra, la cual estaba confusa y vacía, palabras cuya finalidad es destacar el estado de imperfección en el que se hallaban en este primer período de la obra de la creación. Pero poco a poco el Divino creador los fue llenando de maravillosos astros al cielo, y a la tierra de hierba verde, con semillas y árboles frutales de abundante fruto, para que el hombre los disfrutara. Todo esto sucedió el día tercero de la creación. Y así continuaría la historia de la creación. En la que llena también la tierra de animales y al mar de peces y demás huéspedes marinos. Y vio Dios que todo era bueno. Esta fracción de la historia de la creación tiene como finalidad el que seamos conscientes que el Divino Creador, no hizo ninguna cosa mala, nociva para el hombre. Lo que sucede es, que es el hombre el que hace muchas veces mal uso de ellas. Entre las que están esas yerbas que haciendo mal uso de ellas, producen efectos nocivos. Dice la historia humana, que el hombre empezó abusar de ellas, desde las civilizaciones más oscuras y elementales, como remedio naturista para la enfermedad, como placentero pasatiempo, o como ritos religiosos; haciendo limpias y demás, como todavía lo hacen muchos curanderos y brujos en la actualidad. Dice la historia que los hindúes bebían goma, los incas, coca; los aztecas usaban la mariguana y el peyote; los asiáticos la morfina y el opio; los egipcios cultivaban la adormidera. Y así sucesivamente. En cuanto al tabaco, fue descubierto y usado en el nuevo mundo. Los habitantes de esta parte del mundo, se perfumaban con él, al quemarlo lo fumaban no con la boca sino por la nariz, con un instrumento en forma de “y” griega y se la ponían en la nariz para respirar el humo de la hierba. El tabaco fue llevado a Europa por los españoles y su uso fue popularizado por los ingleses. En la actualidad es usado el tabaco por hombres y mujeres de distintas edades.
Lamentablemente muchos desconocen o no tienen en cuenta las funestas consecuencias del tabaquismo. El cigarro es un verdadero enemigo de la salud. Desde el seno materno, porque la mamá, que va dar a luz a un bebé, el feto es afectado, según los científicos en esta materia, que la mamá fumadora, atrofian el peso del bebé, debido a un retroceso del crecimiento por causa del cigarro. Cuando la mujer fuma y está embarazada las posibilidades del aborto, se multiplican al doble de las no fumadoras. Y también les afecta la parte intelectual. Don tabaco, también afecta a los pulmones, que protestan. Porque no es necesario llevar un cigarro a la boca; los perjudica don tabaco, con alguien que lo esté haciendo cerca de nosotros y el fumador pasivo aspira más humo que el fumador activo. El fumador activo comparte con el vecino el ataque de don tabaco. Nos preocupa la contaminación, por el monóxido de carbono, que es producido por empresas industriales y al producido por los automotores, que van en aumento, pero son necesarios. Y don tabaco al que lo usa, lo hace producir también esa clase de contaminación en los pulmones y empiezan a formarse y aparecer los síntomas cancerígenos pero no logran convencer a los fumadores. El cáncer de pulmón, es una preocupación a nivel mundial, porque la amenaza de esta enfermedad, es silenciosa pero progresiva y agresiva. Los expertos en esta materia, por conocimientos científicos, no por experiencia personal, dicen que afecta al sistema respiratorio, al corazón, al sistema nervioso y a los ojos, a los que les afecta al nervio óptico, y esto es grave porque puede provocar ceguera. Ya que afecta al sistema circulatorio, que es indispensable para el buen funcionamiento de la retina. Dicen que no a todos los fumadores les afecta de la misma manera y cada fumador reacciona en forma diferente. Y también dicen que las complicaciones del nervio óptico, provocadas por el consumo de don tabaco, se aumentan y agravan por el consumo de don Baco. La combinación de don tabaco y de don Baco, producen la enfermedad llamada: “neuritis retro bulbar nicotínica” También el cigarro produce las enfermedades vasculares, o de los vasos sanguíneos que irrigan a los ojos. Y si la arteria no se normaliza para que la sangre circule sin obstrucción, durante tres o cuatro minutos, se pierde en forma definitiva el buen funcionamiento de la retina. También dicen los científicos que el cigarro además de la nicotina, contiene unos compuestos llamados: “nitrosa minas” que son muy tóxicos. Y solo hay una alternativa para los fumadores: o dejan de fumar, o padecen la conjuntivitis crónica. Y el hecho de respirar el humo de los cigarros de los fumadores activos, a los fumadores pasivos les puede elevar la cantidad de nicotina en la sangre, con las consecuentes complicaciones en el nervio óptico. La convivencia con don tabaco, acelera el paso para llegar al departamento del panteón. Por lo mismo está correcta la prohibición de parte de las autoridades civiles, de fumar en ciertos lugares públicos en los que se afecta a otros. No estoy enterado, si entre esos lugares están los medios de transporte público colectivo. En lo personal creo que los medios de comunicación, deben intensificar la labor de información y educación basada en la doctrina científica, sobre el daño biológico del uso del tabaco. Es urgente proporcionar una adecuada orientación, al público de toda edad. Pero sobre todo deben de reflexionar, que en el trabajo para evitar el aumento de fumadores tienen un papel muy importante la familia y la escuela. Papá y mamá deben instruir a sus hijos en el momento oportuno en los efectos que causa el cigarro y su adicción. También en la escuela los maestros si quieren cumplir íntegramente con su profesión magisterial, deben tener un plan educativo integro, que incluye una formación contra el tabaquismo y demás adicciones negativas y perjudiciales biológica y socialmente. La recta educación es la base y fundamento de toda prevención contra el mal que quiere afectar. En todo adicto a don Tabaco, se requiere una fuerza de voluntad de calidad, para dejarlo. Con una voluntad firme, la fuerza del cigarro, no puede. Solamente se requiere no bajar la guardia. Todos como ciudadanos y miembros de la comunidad eclesial, debemos tener, esta clase de guardia contra todo lo negativo, que quiere perjudicar al bien social.
Hay un diluvio de drogodependencias, a nivel mundial, y va minando la salud de la humanidad. Es necesaria una labor preventiva, antes que la recuperativa. Hay que evitar lo más que se pueda la crisis de la sociedad que va en aumento. Todos debemos de colaborar con las autoridades civiles y eclesiásticas, que están preocupados por todos estos problemas, y por eso informan y motivan a toda la población, para que se prevenga y combata esta enfermedad social, y salga para la humanidad un hombre nuevo, en el aspecto ético. Necesitamos un nuevo impulso que nos lleve a mejorar el ambiente social que vivimos en todos los aspectos. Si queremos que haya un mejor futuro para las generaciones venideras, debemos empezar por mejorar el presente, y una forma es eliminar todas las adicciones negativas que nos afectan como la alcohol dependencia, la drogadicción, el tabaquismo y demás. La desorientación reina y como consecuencia de este reinado se avanza por caminos equivocados y sobre todo en la adolescencia y juventud. Tiempos hermosos e importantes de la vida; pero se viven sin esfuerzo con indiferencia hacia el porvenir. El “hoy” es el tirano del mañana y los hábitos de la juventud, positivos o negativos perseveran hasta la tumba. Es necesario que los adolescentes y jóvenes, por la edad que están viviendo, sean conscientes que deben de tener un ideal noble. No bastardo, disipado o confuso, sino bien determinado y elevado por encima de lo vulgar y mediocre. Porque no importa la vida, sino la razón, el motivo por el que vivimos y luchamos. El ideal sea como sea preside siempre nuestra vida. Y todo el desarrollo y el caminar de la vida tienen el calor y el colorido del ideal que nos anima. Si lo que domina o se vive es la depresión, la amargura, la desilusión, entonces el ideal será la vagancia, drogadicción, el alcoholismo y demás adicciones negativas. También estos problemas, son una ocasión que nos invitan a reflexionar sobre la importancia y el fin de la vida. Que es un regalo, invaluable que Dios nos ha dado y no hay dinero suficiente para comprarla y prolongarla a nuestro gusto. Pero la vida que Dios nos ha dado, tiene un fin. Todo lo que hace un constructor tiene un fin. También el Divino Creador, le puso un fin a nuestra vida; este fin es: “Conocerlo, amarlo y servirlo en esta vida, y después estar con Él en la vida eterna”. Esto implica entre otras cosas: no enterrar la vida, viviéndola sin hacer nada que merezca la recompensa eterna. Se piensa con frecuencia que se es feliz, viviendo según los gustos propios. Con pereza, indiferencia, despreocupación, mediocridad, bien instalados en el egoísmo y mundanismo. Sin reflexionar, que todos vamos caminando hacia el encuentro del que nos ha dado la vida, y que nos pedirá cuentas de qué hicimos con ella. Si cumplimos con el fin para el que nos la dio. A la vida hay que sembrarla de obras que den fruto para la vida eterna. Debe producir, no hay que enterrarla, ni esterilizarla. Debemos darle y vivir la recta orientación, que nos conduce a la vida eterna. Por eso hay que evitar vivir ajetreados por el mundanismo en el que están las adicciones negativas y ofensivas a Dios y al prójimo; se vive sin descanso para el espíritu, sin tiempo para reflexionar en el futuro que nos espera. No olvidemos el fin concreto y hermoso, para el que fuimos creados. El vivir aquí en la tierra, es simplemente un pedestal, para ganar el fin eterno que nos espera. Que puede ser: Feliz o desgraciado. Aprovechemos bien el tiempo, que Dios nos preste. No olvide que el tiempo es irreversible; no es recuperable.
Así como el agua del río que pasa, no se devuelve, también así la hora que se fugó, no regresará. Por eso hay que aprovecharlo bien y hacerlo rendir a lo máximo en nuestro peregrinar hacia la vida eterna. ¡Ojala que no seamos protagonistas de la película que recuerdo:”Con las manos vacías”! En la que los protagonistas tienen un accidente y piden a Dios que no se los lleve, porque tienen las manos vacías, infecundas de frutos para ir al cielo. Pensemos en esto, y no pasemos la vida como los llamados: “donjuanes” que sólo buscan gozar la vida de alguna forma y vamos acabar con el cuerpo seco, y el alma arruinada. No juguemos con la vida porque la podemos perder. El juego siempre es peligroso; se puede ganar, o se puede perder y se pierde fácilmente cuando los jugadores son inexpertos, imprudentes y ligeros. Y esta clase de jugadores vividores, quieren gozar la vida, en juegos, orgías, placeres adictivos y peligrosos que piensan como los epicúreos antiguos que decían: “Comamos y bebamos y fumemos en abundancia porque mañana moriremos”. Reflexionemos a tiempo y no cuando ya sea tarde. ¡Jugar con la vida es peligroso! Siémbrela y cultívela y que produzca abundantes frutos para la Vida eterna. ¡Arriba y adelante! Sin besar a don tabaco y menos a “don Baco” para que no lo tumben y lo avienten al sepulcro.