LA ALEGRÍA QUE DERIVA DEL AMOR NO DECAE A LA HORA DEL SACRIFICIO

2012-04-01 Radio Vaticana
(RV).- Al término de esta celebración, deseo dirigir un saludo cordial a todos los presentes: a los Señores Cardenales, a los Hermanos Obispos, a los sacerdotes, a los religiosos y a las religiosas y a todos los fieles.
Dirijo un saludo especial al Comité organizador de la pasada JMJ de Madrid y al que está organizando la próxima de Río de Janeiro; así como también a los delegados del Encuentro Internacional sobre las Jornadas Mundiales de la Juventud, organizado por el Consejo Pontificio para los Laicos, aquí representado por su Presidente, el Cardenal Riłko, y por su Secretario, Mons. Clemens.

Saludo cordialmente a los jóvenes y demás peregrinos de lengua española, que participan en la liturgia del Domingo de Ramos y en la Jornada Mundial de la Juventud de este año. En particular, a los jóvenes madrileños acompañados por su Pastor, el Cardenal Antonio María Rouco Varela. En el comienzo de la Semana Santa os invito a todos a participar con fe y devoción en la celebración anual de los misterios de la Pasión y Resurrección de Jesucristo y experimentar la grandeza de su amor, que nos libra del pecado y de la muerte, y nos abre las puertas a la auténtica alegría. Feliz Domingo. Feliz Semana Santa.

Y tras saludar en diversas lenguas, hablando en polaco Benedicto XVI se dirigió de modo particular a los jóvenes presentes en la Plaza de San Pedro así como a los reunidos en sus diócesis y parroquias. A todos ellos les recordó que el lema de la Jornada Mundial de la Juventud que hoy se celebra a nivel diocesano se inspira en el llamamiento de San Pablo: “¡Alegraos siempre en el Señor!”. Y afirmó que “la alegría, que brota de saber que Dios nos ama, es un elemento central de la experiencia cristiana. En un mundo marcado con frecuencia por tristeza e inquietudes, es un testimonio importante de la belleza y de la fiabilidad de la fe”. Por esta razón, antes de bendecirlos, los exhortó a ser “¡alegres testigos de Cristo!”.
Por último, al saludar con gran afecto a los peregrinos de lengua italiana, especialmente a los jóvenes, entre los cuales destacó la presencia de un numeroso grupo procedente de la Diócesis de Brescia, llamándolos “queridos amigos”, el Papa les dijo que reza para que en su corazón esté la verdadera alegría, que deriva del amor y que no decae en la hora del sacrificio”. En fin, Benedicto XVI deseó a todos una buena Semana Santa y feliz Pascua. (Traducción de María Fernanda Bernasconi – RV).