¡DEBEMOS SER PERSONAS DE CARÁCTER BIEN FORMADO PARA SER VERDADERAMENTE FELICES!

Hay en el mundo una profunda crisis de valores humanos, una ausencia de valores personales y de sana alegría de vivir, aunque la vida sea más cómoda y fácil. El mundo se mecaniza y facilita las más arduas tareas. Las máquinas economizan esfuerzos, realizan más amplias labores y ganan tiempo y precisión en el trabajo, ahorrando al mismo tiempo el desgaste del músculo humano. El hombre ha conquistado el mundo exterior, pero se ha estancado en la conquista de su propio mundo. Ha dirigido los esfuerzos en otras direcciones, olvidando la ciencia del propio corazón, de los ideales propios y de las reacciones saludables que debería adoptar, frente a la vida y sus circunstancias; para mantener la alegría y la paz interiores, tan necesarias para el recto vivir. Mucha comodidad material, pero menos fortaleza en el alma; en aquellas regiones del espíritu donde el hombre se encuentra solo consigo mismo, donde ama y suspira, canta o llora, fracasa o triunfa, porque no ha llegado a forjarse el carácter, que es la luz salvadora que le aclara el duro caminar de la vida. Es en nosotros mismos en donde hemos de buscar las fuentes de nuestra felicidad. Esta, no depende del exterior, no está en las cosas, ni en las circunstancias que nos rodean. Muchas personas, viven culpando a las cosas, a los acontecimientos y a los demás de la desgracia en la que ellos viven. Olvidando que si el corazón no está sano, donde quiera que esté, absorberá malestar y acidez. Lo que hay que hacer es educarse uno a si mismo, en la ciencia del vivir, hasta lograr que nada, ni nadie en el mundo nos robe la dicha y la felicidad. Nosotros mismos vamos tejiendo, nuestra historia y somos los creadores de nuestra dicha o malestar.

EL CARÁCTER BIEN FORMADO AYUDA A SER FELIZ.

Ser persona de carácter, ayuda a hacer feliz. Porque da a todas nuestras manifestaciones, un determinado sello, con respecto al mundo y a los demás seres. Mencionar la palabra carácter, es evocar una constelación centelleante de valores morales y espirituales que cada uno desearía ver y disfrutar en los propios cielos interiores. Es la constitución moral de la persona. Es la expresión psicológica de su ser racional, que saca de él, su propio color y su tono particular. El carácter da: equilibrio pasional y sentimental; estabilidad interior, alegría y paz. Ser una persona de carácter no es nada fácil, porque no es innato, no existe por si mismo y de golpe. Tiene que constituirse, hacerse, conquistarse por medio de la repetición de acciones buenas. Se forma contrariando a la indolencia, a la resistencia, al esfuerzo, al trabajo y al sacrificio. Es lucha constante, afán de conquista y crecimiento. Es fácil vivir en sociedad siguiendo las opiniones de los hombres, como es fácil vivir en la soledad siguiendo las propias. Lo importante es vivir en medio de los demás siguiendo tus propias, pero rectas convicciones, porque tener carácter es luchar contra el necio capricho. Es tener un modo constante de obrar, de proceder, unas miras y una conducta siempre igual. No ser voluble e inconstante. No se tiene carácter cuando nos manejan, nuestras inclinaciones y gustos. Cuando nos zarandean las emociones. Si nos impresiona la opinión ajena, la sonrisa burlesca, el parecer de otro y el comentario de la calle. Se tiene carácter cuando se manda en las inclinaciones y gustos, cuando no buscamos la popularidad, la sonrisa o el silencio de los demás a cambio de nuestras convicciones. Si se es el mismo en los éxitos y en los fracasos y no se teme hacer el ridículo. Cuando se puede cruzar sin mareos, por entre las opiniones ajenas, estilos de vida, actitudes y criterios de los demás. Tener carácter es tener educada la voluntad, que sintetiza el valor de la persona. La voluntad primitiva es inconstante y ciega; se llama capricho. El carácter es el capricho vencido. La formación del carácter, da paso a la voluntad firme, armoniosa y razonable, al servicio de una conciencia recta y delicadamente formada; para saber qué es lo que hay que hacer y hacerlo a pesar de ejemplos adversos y aunque el mundo resquebrajado caiga. ESTO ES TENER CARÁCTER.

LA COMPLEJIDAD DE LA FORMACIÓN.

En la formación del carácter entran en juego muchos factores vgr: Hereditarios, ambientales, familiares, geográficos, escolares, etc.; pero en definitiva está en la voluntad dirigida por la razón. El cultivo de la voluntad no es cosa de un momento, de unos días animosos y eufóricos; sino de constancia alegremente monótona, sin permitirnos excepciones del esfuerzo ordenado. También ayuda la fuerza de un gran ideal. Tener éste, es tener un motivo para vivir. Un hombre sin ideal es un hombre que vegeta, tiene una vida atomizada y sin rumbo. En cambio con ideal, la vida está orientada y le da ilusión y entrega a lograr un mayor grado de perfección. Debe haber también ENTUSIASMO, sin éste, no se hace nada grande en la vida y las energías del hombre permanecen dormidas. DECISIÓN, determinarse a obrar, a llevar acabo lo que se debe hacer. Saber decir no, cuando hay que decirlo y decir si, cuando también hay que decirlo. Quien se incline, sin pronunciar la palabra que debe decir a cualquier deseo que se asome a su vida, su interior será presa de fuerzas encontradas. Tener carácter es lanzarse, como el águila hacia las alturas serenas y puras, de cara al sol, sin temor de no ser seguido por los demás. Estar dispuesto al sacrificio y al dolor. El carácter auténtico no se logra sin el cincel de éstos. Hay que golpear fuerte a la dureza del mármol, para hacer de él, estatuas hermosas e inmortales como las de Miguel Ángel. El equilibrio emocional y sentimental, no es silencio de una voluntad endeble, no es resignación pasiva sino fruto de una voluntad disciplinada, dueña y señora en todas las circunstancias de la vida. FORTALEZA para vencer los obstáculos. Estos son la prueba que tiene que superar la voluntad, para madurar. El carácter ayuda a la persona que lo tiene a abrirse camino en el correr de la vida, como la cascada entre las rocas. Los obstáculos estimulan y engrandecen. Hay que tener CONSTANCIA Y CONFIANZA EN UNO MISMO. Todo ser humano atesora en su interior energías incalculables y valores desconocidos. Sólo hay que bajar para encontrarlos y hacerlos rendir. Tenga siempre presente que el talento se forma en la soledad; pero el carácter en el torbellino del mundo, pero sin seguir el tropel caprichoso de éste. Si es padre de familia ayude a sus hijos a ser personas de carácter, éstas, son una riqueza para la sociedad y para 1a Iglesia. Las lágrimas tardías por los hijos, poco ayudan. No debe dejar para mañana, lo que debe hacer hoy. ¡Arriba y adelante!