I. Contemplamos la Palabra
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 6, 19-23
Uso un lenguaje corriente, adaptándome a vuestra debilidad, propia de hombres; quiero decir esto: si antes cedisteis vuestros miembros como esclavos a la inmoralidad y al desorden, para el desorden total, ponedlos ahora al servicio de la justicia para vuestra santificación. Cuando erais esclavos del pecado, la justicia no os gobernaba. ¿Qué frutos dabais entonces? Frutos de los que ahora os avergonzáis, porque acaban en la muerte. Ahora, en cambio, emancipados del pecado y hechos esclavos de Dios, producís frutos que llevan a la santidad y acaban en vida eterna. Porque el pecado paga con muerte, mientras que Dios regala vida eterna por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro.
Sal 1,1-2.3.4.6 R/. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R/.
Será como un árbol plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R/.
No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 49-53
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla.¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»
II. Compartimos la Palabra
Dios nos ama
Este texto de la carta a los Romanos es un canto con una letra reiterativa, el amor de Dios hacia toda persona es gratuito, está ya dado y es para siempre.
Comienza el texto “Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?”, me resuena al evangelio de Mateo 1 “a quien pondrán por nombre Emmanuel, Dios con nosotros”. Dios es en nosotros, si nos abrimos a vivir esta experiencia nadie podrá cambiarla, anularla, quitarla porque llega a ser parte de la persona.
Pablo enumera diferentes situaciones existenciales duras, que la vida trae, no las elegimos, están ahí, en las cuales parece que el amor no vive, no se dá, Dios no está. Sin embargo, el amor permanece en todas esas situaciones, vive confiando que Dios nos ama, existimos por amor.
Pablo anuncia que “Dios hará que salgamos victoriosos de todas esas pruebas”, no es eludiéndolas sino acogiéndolas, viviéndolas y dejando que esas experiencias-pruebas nos transforme y sea origen de vida. Las pruebas pueden ser una escuela que nos lleva a lo esencial si las vivimos desde esta clave.
Me surge una oración de T. deChardin “No te inquietes por las dificultades de la vida, por sus altibajos, por sus decepciones... Desea aquello que Dios desea... Adora y Confía”
Expulso demonios y sano enfermos
El texto de Lucas nos presenta a Jesús que va camino hacia Jerusalén, ahí recibe una amenaza: “Herodes quiere matarte”. Una autoridad civil que tiene doble discurso, por un lado dice que quiere conocerlo (Lc 9, 9b) y por otro que quiere matarle. Jesús no huye ante la amenaza, tampoco cambia su mensaje, ni lo suaviza.
“Hoy, mañana y pasado tengo que continuar mi viaje”. Jesús permanece en la misión encomendada por su Padre y que ha acogido como propia, es consciente del peligro pero no retrocede, quiere ser fiel a su llamada, a su ser más profundo, confía.
Jesús vivió y habló como un profeta y es rechazado por el mensaje que predica. Jerusalén es ciudad símbolo de la antigua alianza y en tiempo del destierro de Israel, la reconstrucción de su templo significaba que Dios se hacía presente en medio del pueblo de Israel. Sin embargo, Jesús denuncia a Jerusalén como ciudad de muerte, “matas y apedreas a los que Dios te envía”, aquí será arrestado y ejecutado. El mensaje de Jesús “cae en saco roto”, las personas están cerradas a escuchar algo diferente a lo que ya viven, a vivir desde la clave del evangelio.
Una invitación a preguntarnos, ¿qué me motiva a permanecer en el seguimiento cuando llegan las amenzas, los conflictos?
Hna. Nélida Armas Tejera O.P.
Congregación Romana de Santo Domingo