José Luis Chávez Botello
Arzobispo de Antequera-Oaxaca
Comunicado de prensa
Diciembre 6 de 2015.
El próximo 8 de Diciembre, en Roma, el Papa Francisco abrirá la Puerta Santa en la basílica de San Pedro inaugurando así el año del Jubileo de la Misericordia; el siguiente domingo se abrirán simbólicamente las puertas de todas las catedrales y templos señalados para abrirse a la indulgencia plenaria y gracias del Jubileo.
El Año Jubilar es un tiempo especial de gracia que la Iglesia propone a los fieles para fortalecer la fe, reconciliarse con Dios y con los demás. Lo instituyó el Papa Bonifacio VIII en el año 1,300; desde 1,475 se celebra cada 25 años como jubileo ordinario; desde entonces se han celebrado 24 Jubileos ordinarios; el último en el año 2,000. También se han celebrado jubileos extraordinarios convocados por el Papa en situaciones especiales; al presente se han celebrado 4 jubileos extraordinarios, el último en 1983 con motivo del aniversario de la Redención; el Jubileo de la Misericordia será el quinto.
¿Por qué el jubileo de la Misericordia?. Los grandes cambios y desafíos históricos marcados por intereses egoístas, ambición, carencia de valores y la violencia creciente están llevando a la humanidad y al planeta a una catástrofe; el Papa llama a toda la Iglesia a ofrecer con mayor intensidad los signos de la presencia y cercanía de Dios. No es tiempo para estar distraídos, nos urge entrar en nosotros mismos y entender que tenemos una profunda necesidad de Dios, de su misericordia.
El mal llega, se agrava y se difunde por la infidelidad y maldad de personas concretas; si nada se hace para erradicarlo llega a destruir vidas, a desintegrar familias y comunidades, penetra y envenena las mismas instituciones de la sociedad. Pero también el sí a Dios de creyentes concretos siempre atrae el perdón, la misericordia y bondad del Señor: liberación del mal, crecimiento en el bien, reconciliación y paz. El sí de la Virgen Santísima nos trajo la Encarnación de Cristo, la obra de la Redención; es el testimonio y mensaje también de personas justas, de los santos.
Nosotros, en este último año, podemos palpar en Oaxaca la misericordia de Dios en varios campos de nuestra sociedad; el Señor está marcando nuestra historia y nos muestra su misericordia por medio de la Inmaculada de Juquila. Constatamos el sí a Dios de muchos hermanos en el compromiso de fortalecer la fe y en el juramento por la Reconciliación y la Paz, la carta-ofrenda de las parroquias en el primer Aniversario de Coronación de la Inmaculada de Juquila. Esto cultiva convicciones de fe, las fortalece y proyecta desde su familia; lleva a un esfuerzo sostenido de fidelidad a Dios.
La misericordia de Dios reconocida y celebrada nos hace capaces de testimoniarla con la vida; así los primeros cristianos transformaron su sociedad, así lo han hecho los santos; la misericordia de Dios transforma vidas y hasta los corazones de los más violentos. Durante este año jubilar esforcémonos cada uno de nosotros por reconciliarnos con Dios y unirnos más a él, por fortalecer el amor y la unidad de nuestra familia, por cultivar un mejor trato entre vecinos, en nuestro campo de trabajo o de estudio; esforcémonos desde todas las parroquias y experimentaremos la reconciliación y la paz.
Los templos señalados en la Arquidiócesis para disfrutar la indulgencia y gracias del jubileo son: Catedral, basílica de Ntra. Sra. de la Soledad, santuario de la Inmaculada de Juquila; los templos sedes parroquiales de Sola de Vega, Miahuatlán, Ocotlán, Zimatlán, Tlacolula, san Pedro y san Pablo Etla, Cuicatlán, Nochixtlán, Tlaxiaco, Ixtlán y san Francisco Cajonos.
Principalmente en estos templos resaltaremos el espíritu de peregrinar, el significado de la Puerta Santa reconociendo a Cristo como la única puerta para entrar a la salvación y como único camino que nos conduce al Padre; pasaremos la puerta de manera consciente con la decisión de recomenzar o fortalecer una vida de fe; promoveremos una mayor atención al sacramento de la Confesión de manera especial en la basílica de Ntra. Sra. de la Soledad y en el santuario de la Inmaculada de Juquila.
Con mi saludo y bendición para todos.