¡TOTA PULCHRA EST MARIA! (¡TODA HERMOSA ES MARIA!): ¡PERSONAJE MUY SINGULAR! ¡EN LA HISTORIA DE LA SALVACION!

Diciembre: Último mes del año gregoriano, llamado así, porque en el calendario Romano era el -Décimo- mes del año. Es un mes mariano por excelencia. Durante este mes se celebran grandes solemnidades marianas: Su inmaculada Concepción, Su advocación de Guadalupe y su divina maternidad, por la navidad. Y aunque poco nos hablen las escrituras acerca de María, Ella es la más perfecta y singular criatura salida de las manos de Dios. Es tan buena, tan sencilla, tan delicada, tan prodigiosamente humilde y pura que se le ama sin querer. Ella es la Virgen madre, escogida por Dios para realizar cosas grandes y maravillosas, aunque su paso por el mundo apenas fue notado por sus contemporáneos.

Es a través del evangelio, en donde encontramos el retrato más fiel de Ella, pintado por el mismo Espíritu Santo. Pero es única y su papel en la creación y en la Historia de la Salvación irreemplazable; aunque ni Cristo ni los apóstoles aludan expresamente a su dignidad y su influjo. Al contrario ciertas expresiones de Jesús pudieron parecer a una lectura superficial del evangelio, que pone en penumbra el misterio y la alta dignidad de María. Pero Ella nos fue dada por el Padre, Ella nos dio al Hijo y se dio al Espíritu Santo. El ocultamiento de María, tiene una motivación muy alta, que de ninguna manera permite deducir que Jesús y los apóstoles, hayan menospreciado la especial dignidad de María. Ella dentro del plan salvífico de Dios es una señal pletórica de significado, ofrecida al Nuevo Pueblo de Dios en su peregrinar de fe.

Los dichos de Jesús referentes a María, aparentemente poco favorables, intentan tan sólo rectificar una interpretación demasiada humana de su maternidad. Su figura adquiere un hechizo evocador y estimulante, desde las alabanzas dichas por el enviado celestial en el momento de anunciarle de parte de Dios, la misión a la cual estaba destinada; Ser la Madre del Hijo de Dios. Del análisis del saludo angelical, resulta la legitimidad y justificación, de una especial veneración que el pueblo de Dios le tributa desde los mismos inicios del nacimiento de la Iglesia.

ET MACULA ORIGINALIS NON EST IN TE.
MARIA ES VIRGEN, SIN MANCHA DE PECADO, DESDE SU CONCEPCION.

Esta verdad teológica y dogmática, tiene un particular relieve dentro de la vida de la comunidad eclesial, aunque ha sido punto de fricción, con protestantes y ortodoxos. Sin embargo dentro del corazón de los Verdaderos Cristianos esta verdad, ha calado en lo más íntimo y la celebramos en forma especial cada -8- de diciembre. Desde el Papa Sixto -IV- se inició la intervención pontificia en favor de esta verdad, y siguen más Papas, hasta que el Papa -Pio XII- el -8- de Septiembre de -i953- puntualiza con precisión magistral y afirma que en las sagradas escrituras aparece el fundamento de esta verdad. Y desde entonces la figura inmaculada de nuestra Madre la Virgen María, es el modelo de la realización del Adviento Mesiánico. Esta verdad ya estaba en los planes divinos, por su excepcional colaboración en la redención de la humanidad. Y el Magisterio eclesiástico guiado por el Espíritu Santo, ha reflexionado en estas palabras evangélicas y ha proclamado la inmaculada concepción de la Virgen María; que forma parte del designio salvífico de Dios.

Estudiando el saludo dado por el ángel y el diálogo que se da entre María y el mensajero celestial, aparece claro que María era Virgen y que tenía una decisión muy personal de conservar la virginidad, ya que pronuncia la frase: “YO NO CONOZCO VARON” no sólo como hecho, sino como obstáculo, para el proyecto propuesto por el ángel. Una vez solucionado el problema de que su virginidad quedará intacta, porque la concepción del Hijo de Dios, será por obra del Espíritu Santo, al cual estará asociada en forma singular; acepta la maternidad divina, causa y consecuencia principal de la virginidad. Ella iba a ser aquella Virgen de quien habló Isaías (Is. 7, 14). Su misma Inmaculada Concepción está igualmente postulada por su altísima dignidad de ser madre de Dios.

Hay que aclarar que María no tuvo más hijos, como algunos quieren creer, por algunos textos evangélicos que leemos “hermanos y hermanas” Lo que sucede es que ni el hebrero, ni el arameo tienen un término equivalente a “primo” es por ello que se ha usado la palabra “hermano” para designar los diversos grados de parentesco. Santiago, José, Simón y Judas eran descendientes de la misma rama Davídica y por lo mismo parientes de Jesús, pero no hermanos, hijos de la misma madre.

MARIA ESPOSA.

Según el plan divino el Mesías debía nacer de una Madre Virgen. Pero ese portentoso milagro de la maternidad divina y virginal, no podía ser expuesto a las miradas y discusiones frívolas. Era pues preciso que aquella doncella elegida por el mismo Dios tuviera una ayuda y sostén para sí y para el Hijo por venir. También era necesario que aquel niño tuviera junto a su cuna, a un hombre, que a nombre del Padre Celestial, estuviera de Padre Terreno ante la sociedad y trabajara para su manutención. Por eso ese gran misterio debía de realizarse bajo el velo del matrimonio.

Dios mismo se encarga de escoger y preparar debidamente a este hombre que sería el esposo de María. La figura de José, como tal está estrechamente vinculada a la obra de Dios en la tierra. José un verdadero hombre para María y ambos vivieron en plenitud su amor, como consagración de su amor y como una respuesta libre y comunitaria y una vocación especial a la cual Dios los había llamado. No hay que olvidar que lo que se realiza humanamente, no es el sexo o lo genital, sino el amor. Este nos hace más plenos como personas.

MARIA LA VERDADERA MADRE DE JESÚS.

En la generación de Cristo, el principio activo fue el Espíritu Santo, que suplió el principio humano y paterno en su labor de fecundación y determinación de la materia. Pero esta materia fue suministrada por la Virgen María. Concibe a Cristo, lo lleva en su seno, lo da a luz, lo alimenta, lo cuida y educa, etc. En la maternidad virginal de María que la hace madre de Jesús, está el acontecimiento central de su vida y su misión. Por Él, queda asociada al misterio de la salvación; y por Ella los hombres de todos los tiempos la llaman BIENAVENTURADA porque el Mesías, no es un cualquiera. Estar vinculada a Él, como madre, significa estar vinculada a una vida y misión, por excelencia llenas de gracia, a las cuales María ha sido llamada por un privilegio singular. María es por todo esto, la más admirable maravilla de Dios. Por ello los católicos del mundo le tributamos un culto de veneración muy especial y por su cercanía al Señor le pedimos que ruegue por nosotros. En este mes de Diciembre celebramos varias fiestas de la Virgen: su Inmaculada Concepción, sus apariciones en tierra mexicana y el gran misterio del nacimiento de Cristo del que María es parte importante. Que estas fechas sean una ocasión para meditar en la parte importante que tiene la Virgen María en el plan de la salvación y para aumentar nuestra fe y devoción en Ella, porque es fortaleza en nuestra lucha, Madre de la verdad, horizonte de justicia, estrella de la esperanza y causa de nuestra alegría. SANTA MARIA RUEGA POR NOSOTROS, LOS PECADORES QUE NOS PONEMOS EN TUS BENDITAS MANOS. Somos tus hijos adoptivos y tenemos el gran honor de vivir bajo tu protección; aunque seamos grandes pecadores. Te ofrecemos nuestro corazón, manchado por nuestros pecados, pero embellecido con la sangre de tu DIVINO HIJO derramada en la cruz su trono de gloria. Ayúdanos a tener una verdadera enmienda de nuestra vida. Porque los mexicanos llenos de fe y confianza; humildes y arrepentidos, te alabamos y pedimos tu protección. Porque queremos verte y amarte en el cielo, donde conoceremos mejor los excesos de tu maternal misericordia para salvarnos, como le dijiste a Juan Diego, nuestro humilde representante. Confiados en tu maternal amor, te pedimos por nuestra patria, tan llena de problemas. Por las familias para que haya un verdadero amor cristiano, comprensivo y servicial, que siempre perdone y que siempre vivan en unión con Dios, para poder llegar un día a la Casa del Padre, donde tú, estas sentada a su derecha. ¡Reina y Madre de los Mexicanos! Nos alegramos por haber sido exaltada sobre los coros de los ángeles y coronada por el mismo Cristo Rey, como Reina de Cielos y tierra. Pero sigue siendo la virgen humilde y la madre piadosa para con sus hijos. Y en su nombre como cristianos y mexicanos seguiremos luchando contra Lucifer. ¡Arriba y adelante! Sin desfallecer.