FELIZ AÑO NUEVO LLENO DE: ESPERANZAS, EXIGENCIAS Y ESFUERZOS EN LA SIEMBRA DEL CAMPO DE LA VIDA

El tiempo, es una dimensión lineal, con dirección vertical y horizontal, pero siempre progresiva en ambas direcciones. Tiene como aspiración y anhelo el desarrollo en plenitud del hombre, entre los mismos hombres y en el mundo, llegando así a la plenitud de trascendencia a la que está finalmente llamado. Estamos en el amanecer, de un año nuevo retador y estimulante para la realización de un quehacer específicamente humano, como es la superación; si se desea ser una persona madura y renovada. Para no permanecer en estadios primitivos o intermedios como el de esos sujetos, que se contentan con lo recibido y repiten mecánica e infantilmente lo que aprendieron, y son unos conformistas con lo de siempre y con lo de todos, sin bucear en las profundidades de la superación por medio del esfuerzo y del sacrificio. Viven satisfechos, estacionados en una postura cómoda, carente de toda iniciativa en perjuicio de sí mismos. Ante este mundo convulsionado y vertiginoso, impulsado por el egoísmo e intereses comerciales, urge la presencia de hombres cuya postura sea valiente y comprometida para unir esfuerzos y transformar al mundo moderno que es hostil a derechos y valores humanos, como es el de la vida, el de la educación etc. Transformar un mundo indiferente, respecto a lo trascendente, dando primicia a lo temporal y caduco. Es necesario que pensemos, que la civilización es un ensanchamiento de lo humano, y éste no es únicamente productividad descontrolada, sin respuesta a lo íntimo y profundo de lo humano; sino un campo en donde el hombre encuentre un intercambio de valores para lograr su pleno desarrollo. En la auténtica escala de valores el “producir” y el “tener” deben estar supeditados al ser. No podemos negar que el “producir y el tener” comparten su verdadero valor. Pero siempre y cuando no se desubiquen de la línea de la instrumentalidad. Nuestro compromiso es hacer un mundo cada vez más justo, más lleno de verdad y de amor. Este nuevo año es un llamamiento, es una oportunidad. Renueva esfuerzos y vive como debe ser, para que seas lo que debes ser.

Así pues, debes pensar que lo importante no es vivir, sino saber vivir o vivir como se debe vivir. La vida del hombre no se mide por el número de años, sino por sus obrar que realizó. Hay personas que viven muchos años, pero no lograron hacer nada porque no supieron vivir, y hay personas que mueren prematuramente pero vivieron mucho en pocos años. Esto, no quiere decir que se dieron en forma desordenada a los placeres sensuales, sino que realizaron obras que hicieron que la muerte les diera vida. La vida es un don misterioso de significación y trascendencia a menudo ignoradas. Porque muchos reducen la vida, a hacer de ella un paraíso de deleite sensual, de sibaritismo, atentos únicamente a satisfacer, no únicamente las necesidades del cuerpo, sino sus caprichos, porque juzgan que vivir es lo mismo que gozar. Así andan de baile en baile; de barrilada en barrilada, de prostíbulo en prostíbulo, en busca de nuevas experiencias. Lastimosa equivocación creer que la vida debe vivirse en forma instintiva como fuerza fisiológica, rebajándola a nivel de lo salvaje, en este nivel se mueven los que desconocen el fin de la vida. Nuestra vida tiene un fin, pero no simplemente utilitario, hedónico o egoísta, sino el realizarnos como seres humanos, y dentro del marco de lo temporal labrarnos el destino eterno. Llegar a la meta eterna, si no logras esto, no supiste vivir.

Porque se debe saber, que la vida de por si tiene un valor relativo, es estimable en cuanto nos capacita para algo. Vivimos para algo y por algo superior a la simple existencia vegetativa o hedonista. Saber vivir no consiste únicamente en encontrar la forma más práctica y cómoda de ganarse el pan. Sino en el convencimiento de nuestra propia dignidad de seres racionales y en el trabajo por salvaguardarla. Saber vivir es desarrollar nuestra existencia conforme a la razón. Esta, debe ser el árbitro y norma de nuestras acciones, el que bebe hasta embrutecerse, está haciendo algo peor que animales, porque ningún animal guiado únicamente por su instinto come o bebe más de lo necesario. El que sabe vivir tiene una recta jerarquización o escala de valores sabiendo así darle a cada cosa el lugar que le corresponde. Saber vivir exige un conocimiento íntimo de Nosotros mismos, para poder saber la posibilidad de nuestras facultades y así orientarlas hacia lo que debemos hacer. Es necesario que sepas vivir y hacer algo útil de tu vida; si no logras llegar a la meta, lástima de tiempo y oportunidades que tuviste. Aprende a saber vivir, a ser felices, a ser verdaderamente libres, no libertinos. No hay que ahogar la vida, ni enterrarla, ni esterilizarla o jugar con ella. Sino ponerla a producir sembrándola de obras dignas y merecedoras de la recompensa eterna, que nos tiene prometida el DIVINO AGRICULTOR, dueño del campo de la vida. Cada año, es una hectárea más de vida que Dios nos da, para que la sembremos de obras buenas cumpliendo con la misión encomendada a cada ser humano. No hagamos de la vida una tragedia o un sainete; ni una fría estadística, sino gastarla al servicio del Divino Dueño y del prójimo; y así la hacemos producir, para la vida eterna.

Que todos tengamos, un FELIZ AÑO NUEVO, sembrando en el campo de nuestra vida obras buenas para la vida eterna. FELICIDADES y “Arriba y Adelante”. Gracias a Dios que nos ha permitido vivir un año más; pero ya nos queda un año menos de vida, preparémonos para dar cuenta como mayordomos, al Divino Dueño de la vida de lo que sembramos en ella. ¡Ojalá salgamos aprobados y no reprobados, para toda la eternidad!