Al perdonar de corazón, vivimos la misericordia

de Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey

COMUNICADO DE PRENSA

6 de marzo de 2016

En el día en que celebramos el domingo de la alegría, como se le conoce al IV domingo de cuaresma, por la cercanía a las fiestas de Pascua, quiero hacer una invitación para vivir la alegría cristiana, de forma concreta en el servicio a los hermanos, abriendo la puerta de nuestro corazón para darles el lugar que les corresponde en la sociedad y en la Iglesia.

La parábola del hijo pródigo, que se medita en la Eucaristía de hoy, es el vivo ejemplo de la necesidad que tenemos todos de ser recibidos en casa, con los brazos extendidos, no echándonos en cara los errores cometidos, sino asumiendo la grandeza de lo que significa vivir la misericordia.

Son muchos los hermanos que, por diversas circunstancias, se encuentran lejos de la familia o de la Iglesia, y este Año Santo, es el momento idóneo para hacerlos volver, para decirles que: por más grande que haya sido su error, infinita es la misericordia de Dios, que siempre está dispuesto a dar una nueva oportunidad a quien así lo desea.

Y así como Dios perdona, nosotros también debemos disponernos a perdonar a todo aquel que nos busque con un corazón arrepentido, esta actitud motivará a una mejor convivencia entre todos los que buscamos hacer vida el mandamiento del amor que el Señor nos pide vivir.

Por otra parte, y estando próximos a celebrar el Día Internacional de la Mujer, deseo recordar las palabras del Papa Francisco en las que nos invita a favorecer criterios que hagan que las mujeres se sientan protagonistas y no solo invitadas cuando participen en la vida social y eclesial.

Gracias a Dios, ha dicho el Papa, se está dejando atrás, sobre todo en el mundo occidental, el modelo de subordinación de la mujer al hombre, aunque todavía existen muchas formas de esclavitud, de mercantilización y de mutilación en la vida de las mujeres.

Es por esto que, como Iglesia, reconocemos y valoramos el papel insustituible de la mujer en la familia y en la sociedad, y abogamos para que se respete la presencia eficaz y siempre enriquecedora que ellas desarrollan en todos los ámbitos de la vida.

Bendigo de corazón a las mujeres en su día y les encomiendo de manera especial, invitándoles a seguir el modelo de valor e integridad de la Virgen María, quien siempre demostró su confianza en Dios para salir adelante ante cualquier adversidad.