EL ENCUENTRO CON CRISTO CAMBIA LA VIDA

2012-04-09 Radio Vaticana
(RV).- Con su Resurrección, Jesús ha atravesado “la trama mortal” de la envidia, el orgullo, la mentira y la violencia que existen en el mundo para salvar al hombre y darle una nueva “esperanza”, para abrirnos el paso hacia el reino de la vida. Lo afirmó ayer Benedicto XVI en un pasaje de su Mensaje Urbi et Orbi de Pascua, pronunciado desde el balcón central de la fachada de la basílica de San Pedro y que concluyó con el tradicional saludo de Pascua de Resurrección en 65 lenguas y la bendición apostólica. En precedencia, el Papa había precedido la Santa Misa en la plaza de san Pedro ante 80 mil fieles y peregrinos de todo el mundo.
El Papa aludió a que especialmente en Medio Oriente y África se celebra la Pascua en medio de conflictos regionales que provocan muerte y violencia, son los “rincones oscuros de un mundo y un época que vienen iluminados por la luz de la exclamación extraordinaria de María Magdalena anunciado a los apóstoles la Resurrección de Cristo: “he visto al Señor”. Benedicto XVI abrió con esta imagen su Mensaje pascual insistiendo que “el encuentro con Cristo es un encuentro que cambia la vida: es el encuentro con un hombre único, que nos hace sentir toda la bondad y la verdad de Dios, que nos libra del mal, no de un modo superficial, momentáneo, sino que nos libra de él radicalmente, nos cura completamente y nos devuelve nuestra dignidad”.
En el fondo, indicó el Santo Padre, no son solamente cuestiones políticas, odios raciales o afanes económicos los que crean inestabilidad y fomentan el mal, sino el problema nace en el corazón del hombre. En este mundo, la esperanza no puede dejar de hacer cuentas con la dureza del mal. No es solamente el muro de la muerte lo que la obstaculiza, sino más aún las puntas aguzadas de la envidia y el orgullo, de la mentira y de la violencia.
Pero si Jesús ha resucitado, entonces – y sólo entonces – ha ocurrido algo realmente nuevo, que cambia la condición del hombre y del mundo. “Cristo es esperanza y consuelo de modo particular para las comunidades cristianas que más pruebas padecen a causa de la fe, por discriminaciones y persecuciones. Y está presente como fuerza de esperanza a través de su Iglesia, cercano a cada situación humana de sufrimiento e injusticia”.
Nuestros micrófonos en la plaza de san Pedro recogieron el testimonio de algunos sacerdotes y religiosos que expresaron su alegría por poder compartir con el Papa y tantos peregrinos llegados de todo el mundo, la fiesta grande de la Pascua de Resurrección.

Un mensaje de paz del Santo Padre al mundo por encima de etnias, religiones y culturas para que todos nos comprometamos a colaborar por el bien común, en el respeto de los derechos humanos.

Como muchos religiosos residentes en Roma, este sacerdote español siguió al Santo Padre también en el Vía Crucis del Viernes Santo en el Coliseo de Roma. Nos habla de la esperanza del Santo Padre puesta en los jóvenes y de la importancia crucial de volver a descubrir el rostro de Cristo.
audio (ER –RV)