¡Que la paz de Dios reine en nuestros corazones!

de José Luis Chávez Botello
Arzobispo de Antequera-Oaxaca

Comunicado

Junio 20 de 2016.

A todas las personas de buena voluntad.

Ante la intención del Gobierno Federal y Estatal de Oaxaca, en la que un operativo policiaco emprendió acciones para abrir a la circulación la carretera federal en Nochixtlán, lamentamos profundamente que de los hechos ocurridos el día de ayer se tuvo como consecuencia, hasta este momento, este fatal desenlace: 6 personas fallecidas, 51 heridos y 21 detenidos. Se generó además un clima de desorientación, confusión, angustia y rumores que agravó la situación y causó mayor tensión. Reconocemos y valoramos el trabajo de Medios de Comunicación que ayudó a conocer con veracidad y oportunidad los hechos, y la intervención oportuna de la Defensoría de los Derechos Humanos de Oaxaca y de la Comisión Nacional que favorecieron un ambiente de distensión.

Como institución comprometida en la protección y defensa de la vida, la Iglesia abrió sus puertas para dar atención a todas las personas sin distinción para brindar los primeros auxilios a quien lo necesitara. En la Parroquia de Santa María de la Asunción Nochixtlán la solidaridad se manifestó en el apoyo generoso que brindó la población con material de curación y víveres, también en los servicios de unos 8 médicos, 12 enfermeras y 20 voluntarios que atendieron a 35 personas lesionadas. Por la tarde, convocados por su párroco, se unieron las familias en el rezo del Santo Rosario. En la ciudad de Oaxaca, ante la solicitud de un grupo de médicos voluntarios, la Arquidiócesis brindó un espacio en el Centro de Pastoral para servicios médicos, en el que de inmediato se recibió de nuestros fieles el solidario apoyo con material de curación.

Ante la situación grave y delicada que nos toca vivir, convoco a toda las personas de buena voluntad, sobre todo a los católicos a la sensatez, a la prudencia, a evitar la precipitación y el apasionamiento, a no promover rumores sino a salvaguardar la verdad, cuidar la unidad y la armonía para preservar el bien común en el marco de la vocación innata a la protección y defensa de la vida. Aportemos todos nuestros conocimientos, capacidades y lo mejor que tenemos para lograr juntos la Reconciliación y la Paz.

Nos solidarizamos con las familias de los que fallecieron y de los que resultaron heridos.
Intensifiquemos la Oración a todos los niveles; la oración personal, en familia, en los grupos y movimientos apostólicos, en todas las comunidades y Parroquias para que Dios mueva los corazones de todos y nos disponga al diálogo, al entendimiento y a la disposición de resolver el conflicto de manera constructiva con palabras, gestos, acuerdos y acciones que beneficien a todos.

En este sentido y con esta intención, invito a unirnos todos espiritualmente a partir de mañana para que, estemos donde estemos, al toque de las campanas de todos los templos y capillas recemos el Ángelus a las 12.00 horas y, a las 6.00 p.m., el rezo del Santo Rosario de preferencia en los templos; los jueves también a las 6.00 p.m., celebremos la Hora Santa; en la celebración diaria de la Eucaristía a las 7 de la tarde recordemos esta intención. Que el toque de las campanas a esas horas sea un llamado de Dios a ser sembradores, artesanos y custodios de la reconciliación y la paz desde nuestra familia y comunidad.

Por intercesión de la Inmaculada de Juquila pidamos a Dios, Padre Misericordioso, nos conceda la Paz con verdad, justicia y dignidad para todos.

Con mi oración y bendición para todos.