Lecturas del viernes, 16ª semana del tiempo ordinario, ciclo C

Pastoral: 
Litúrgica
Date: 
Vie, 2016-07-22

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del libro de Jeremías 3,14-17:

Volved, hijos apóstatas –oráculo del Señor–, que yo soy vuestro dueño; cogeré a uno de cada ciudad, a dos de cada tribu, y os traeré a Sión; os daré pastores a mi gusto que os apacienten con saber y acierto; entonces, cuando crezcáis y os multipliquéis en el país –oráculo del Señor–, ya no se nombrará el arca de la alianza del Señor, no se recordará ni mencionará, no se echará de menos ni se hará otra. En aquel tiempo, llamarán a Jerusalén "Trono del Señor", acudirán a ella todos los paganos, porque Jerusalén llevará el nombre del Señor, y ya no seguirán la maldad de su corazón obstinado.

Jr 31 R/. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño

Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
"El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño". R/

"Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte".
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R/

Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas. R/

Lectura del santo evangelio según san Juan 20,1.11-18

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan: "Mujer, ¿por qué lloras?"
Ella les contesta: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto".
Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice: "Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?"
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: "Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré".
Jesús le dice: "¡María!"
Ella se vuelve y le dice: "¡Rabboni!", que significa: "¡Maestro!"
Jesús le dice: "Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro."
María Magdalena fue y anunció a los discípulos: "He visto al Señor y ha dicho esto."

II. Compartimos la Palabra

“Os daré pastores conforme a mi corazón”

Jeremías recibió la vocación de Yahvé con un doble propósito: “Mira que he puesto mis palabras en tu boca… para extirpar y destruir… para reconstruir y plantar”. El presente fragmento es claramente consolador, intenta reconstruir. Jerusalén había sido destruida, el arca de la alianza, símbolo de la presencia de Yahvé había sido demolida. Jeremías quiere animar a su pueblo, el Señor Dios volverá a reunir a su pueblo. “Volved, hijos apóstatas, que yo soy vuestro dueño”. Y también les anuncia: “Os daré pastores conforme a mi corazón”. Y después del destierro de Babilonia mandó a su pueblo excelentes pastores como Zorobabel, Esdras, Nehemías. Aunque hubo que esperar a que “llegada la plenitud de los tiempos” Dios mandase al Buen Pastor, a su propio Hijo, que apacentó, cuidó, buscó a las ovejas despistadas y perdidas, dio la vida por sus ovejas…y estableció el verdadero pueblo de Dios, el Reino de Dios que “ya ha empezado pero todavía no en su plenitud”, que llegará cuando Dios sea todo en todos. Y cuando el Amor y solo el Amor reinen en todos los corazones.

“Lo sembrado en tierra buena…”

¿Quién mejor que Jesús para explicar sus parábolas? Es lo que hace en el evangelio de hoy. Nos indica la suerte que corre su Palabra, la Palabra del Reino que cae al borde del camino, en terreno pedregoso, entre zarzas y en buena tierra… Solamente podemos añadir que nuestra experiencia confirma las explicaciones de Jesús. Que hay muchas voces, muchas situaciones, muchos factores que envuelven nuestra vida para no dejar germinar en nuestro corazón la palabra de Dios. Que debemos estar vigilantes para cuidar nuestra “tierra”, a fin de que la buena semilla dé fruto abundante. Ojalá, a esta altura de nuestra existencia, hayamos llegado a la rotunda conclusión de que dejar que la Palabra de Dios, dejar que Cristo, habite en nuestro corazones y los vaya cristianizando, es la mejor manera, la más humana y la más divina, de vivir nuestra vida.

Santa María Magdalena. Una de las mujeres que atendían a Jesús y al grupo de los apóstoles. Su amor a Jesús le llevó hasta el pie de la cruz, cuando todos los apóstoles, menos Juan, llenos de miedo y temor, le abandonaron. Su amor a Jesús le llevó, junto a otras mujeres, a ir el domingo a embalsar el cuerpo de Cristo. Y se llevó la grata sorpresa de ser la primera en encontrase y reconocer a Cristo resucitado y fue a comunicárselo a los apóstoles.

Fray Manuel Santos Sánchez
Real Convento de Predicadores (Valencia)