UNA MULTITUD COMPADECIDA

Evangelio; Mc. 6,30-34.
Homilia
Padre Manuel Monge Mayboca

Le dolió el corazón al Señor, dice el Evangelio de hoy: "Vio a la multitud y sintió compasión (lastima) porque andaban como ovejas sin pastor." Desorientadas, con hambre, inseguras y sin rumbo.

El corazón de Jesus es compasivo, ante el necesitado, no sabe mirar sin que le preocupe la desgracia, no sabe mirar con indiferencia, no soporta ver a las personas sufriendo. 

No solo le conmueven las personas en concreto , aquellos enfermos que lo buscaban, los pordioseros que lo abordaban, los niños que nadie abraza, sino también siente compasión por las multitudes de gente que como hoy, vemos venir a nuestro país en masas y con una esperanza de encontrar alivio de una mejor vida, gente desorientada, que es desplazada de su patria y sin que quien los alimente y hospede.

Ante aquel cuadro conmovedor que Jesús vió, quizá como lo vemos hoy en nuestras fronteras, el Señor se conmovió profundamente, porque le duelen sus hijos y sintió compasión porque andaban como rebaño sin pastor;  "Eran ovejas débiles a las que nadie conforta, ovejas enfermas que nadie cura, heridas que nadie venda y ovejas descarriadas a las que se les tiene miedo y nadie se acerca, como ovejas perdidas a las que nadie busca". (Cfr. Ezequiel 34, 1-13).

También hoy, en nuestro tiempo, hay ovejas sin pastor; gente sola que nadie tiene tiempo de escuchar, matrimonios rotos porque no hay ayuda para su amor y muchos otros alejados que desean reavivar su fe y otros que no reciben ayuda para vivir una digna vida; ¿Se estará perdiendo la compasión, o solo el egoísmo reina o caminamos con ojos cerrados?.

¿Quien dará a la Iglesia de hoy un rostro más parecido al de Jesús, quien nos enseñara a mirar a nuestras comunidades a la manera de Jesús?.

También hoy, tenemos multitudes de personas sin voz, sin rostro, sin importancia especial de seres humanos, porque también hoy en nuestra Iglesia hay lamentos y quejas que andan sin pastor, sin guías espirituales, sin profetas y sin compasión. 

Un día tendremos que revisar ante Dios, como miramos y tratamos a la muchedumbre de nuestras parroquias, comunidades y Diocesis, que se van quedando apagadas y buscando otras veredas silenciosamente  dejando nuestra Iglesia y a la mejor porque no pueden escuchar de su pastor, la Buena Nueva, la voz dulce divina, porque nos hemos dedicado a discursos, comunicados, declaraciones, desde una tribuna y sin acciones.

Son a veces o casi siempre las personas sencillas y buenas, esas multitudes a las que estamos decepcionando, porque no ven en nosotros la compasión de Jesús.

Creyentes que no saben a quien acudir, ni que caminos seguir, para encontrarse con un Dios más humano que el que ven y les mostramos nosotros.

Cristianos que mejor se callan porque saben que su palabra no será tomada en cuenta por algún importante en la Iglesia.

Que un día hermanos, el rostro de nuestra Iglesia, cambie de buena a mejor, poniendo el oído y ojos al sufrir de nuestros hermanos. 

Miremos y escuchemos bien el pasaje del Evangelio de este domingo y veamos la actitud y acción del Señor, que tiene fuerza para trasformar nuestros corazones y hacerlos compasivos, y así poder renovar nuestras parroquias y comunidades. 

"Pidamos a Dios un corazón semejante al de Jesús, compasivo. El nos ofrece su palabra que no pasa, un amor que no desfallece, una amistad que no resquebraja  y una presencia que no cesa" (San Juan Pablo II, Angelus del 17 de Septiembre de 1989.)

FELIZ DOMINGO

Domingo XVI Ordinario, ciclo B.

Granados, Sonora. 18 de Julio de 2021.

DIOS ESTA CON USTEDES....