Evangelio ; Jn.6,1-15.
Homilia
Padre Manuel Monge Mayboca
El Señor contempló con amor a aquella muchedumbre de seguidores, que sentados en la fresca yerba y necesitados de pan, salud y atención, lo buscaban.
Lo siguieron porque sabían que en Jesus había un poder divino y de humana misericordia.
Aquellos hombres, mujeres y niños, estaban muy lejos de un pedazo de pan, solamentente esperanzados a los comedores celestiales, a los que Jesús los podía invitar y que aquel amor de Jesus predicado con palabras, no solo los confortaba espiritualmente, sino también con obras concretas para su humanas necesidades.
Vemos también en este evangelio, como Jesus ante esta urgente situación, dio gracias a su Padre que le permite hacer este maravilloso milagro, como una prefiguracion para en un tiempo después hacer un milagro más maravilloso y eterno y que hoy sigue haciendo con la multitud de todos los tiempos: dar y dejarnos en la Eucaristia el pan del cielo que es su propio cuerpo como alimento que deleita y alimenta el alma.
Contemplamos también hoy, como milagro, que el apostol Andres, hermano de San Pedro descubrió en la multitud que había un generoso y previsor jovencito, quiza el único y fue a decirle a Jesus:
"Aquí hay un muchacho que tiene 5 panes y dos peces y que esta dispuesto a compartir su comida."
Pero que eran 5 panes para 15 mil gentes por lo menos y con hambre, y que bueno que el apostol Andrés, hace esta bella misión de acercar gente a Jesus, cumpliendo con su misión de discípulos y le presento a este joven que tiene demasiado poco para ofrecer, solo unos panes de cebada que solo la gente pobre comia, pero que con este burdo, tosco y casero pan, el Señor lo multiplicó y lo hizo con sabor mejor, para deleite de de su paladar, como el que nunca habían comido.
Y los peces no debieron ser muy grandes, ni gourmet, quiza unas sardinas, pero que aquella gente le supo a salmon o bacalao.
Y así solucionó el Señor, la preocupación de los apóstoles de no saber como alimentar a aquel gentío reunido en torno a Jesus, pues pensaban que ni con 200 denarios alcanzaban para que cada uno, comiera un trozo de pan, pues un denario era lo que un obrero ganaba al día.
Pero siempre Dios actúa en los problemas más difíciles, porque allí podemos los humanos descubrir mejor su poder y donde se manifiesta más su inmenso amor.
Jesus con este milagro nos enseña que con los medios más escasos y a veces desproporcionados, puede Él satisfacer y solucionar los deseos y necesidades de nosotros sus hijos, para Él nada es imposible .
Es una enseñanza para los colaboradores de ayer y de hoy, de poner a disposición nuestro pan de cebada en las manos de Dios y El lo reparta y multiplique, aunque sean pequeños peces,(Todo suma dice el padre Rene).
Que este Pan de la Eucaristia que recibimos por lo menos cada domingo, nos comprometa a compartir, porque la comunión que recibimos, nos alimenta para el amor, no para el egoismo y que bueno que el Señor sigue poniendo a disposición nuestra, el pan de cada día, el pan de la palabra y el Pan Eucarístico; y que aprendamos a la manera de Jesus, que a la persona no se le dan migajas de pan o sobras de lo que ya no nos sirve, como aquel rico Epulon, sino comida-banquete, donde aquellos buscadores de Dios se llevaron. De tal modo que todavía quedaron 12 canastos, porque aquello poco ofrecido por este jovencito, se multiplico en las manos de Dios.
FELIZ DOMINGO.
XVII DOMINGO ORDINARIO,CICLO B.
Granados, Sonora. 25 de julio de 2021.
DIOS ESTA CON USTEDES