Homilia
Padre Manuel Monge Mayboca
Evangelio; Mc, 9, 30-37.
Reflexion
Llegaron los discípulos con Jesús a Cafarnaúm, -y ya en casa- el Señor les preguntó de qué hablaban por el camino. Dice el evangelio que ellos guardaron un silencio vergonzoso; primero, porque no le pusieron atención al Señor que era el importante y les hablaba de aspectos muy substanciales.
Y, segundo porque ellos discutían, quien de ellos era el más importante, para ocupar un puesto, visible y de honor, de luces, de aparecer. Mas no escucharon que el Señor les hablaba de entrega, de fidelidad, de servicio, humildad y quizá había en ellos lo que nos dice hoy el apóstol Santiago: "Donde hay envidias y rivalidades también hay desorden y obras malas procedentes de una codicia que acaba traicionando, por no lograr lo que se quiere tener como presunción." (Cfr. Santiago 3, 16 ss).
Por eso Jesús los sentó para que lo escucharan bien y les dijo: "El que quiera ser importante, que sea el último de todos y el servidor de todos".
El Señor les puso un ejemplo viviente al momento llamando y poniendo a un niño pequeño en medio de aquellos grandes apóstoles, lo abraza y les dice: "Quien toma a un pequeño, me acoge a mí, es decir al más importante que es Jesús.
Este ejemplo debe ser tomado por nosotros hoy para ponernos al lado de los indefensos, de los marginados, de los más pobres, enfermos y necesitados, esos son los más pequeños que nos hacen ser grandes, ser importantes, ser servidores.
No podemos seguir pensando que ser muy importante es tener prestigio, éxito y engreimiento, porque para Dios los importantes son personas anónimas, gente que no vive para su éxito personal, sino para un servicio desinteresado y para los demás.
Aprendamos la lección de hoy que nos dice el evangelio: “Ser importante es agradar a Dios y servir al prójimo.”
FELIZ DOMINGO.
DOMINGO XXV ORDINARIO, CICLO B.
GRANADOS SONORA. 19 DE SEPTIEMBRE DE 2021.
DIOS ESTA CON USTEDES.