Fundadorea de las Hermanas de la Caridad, Virgen, Memoria Facultativa
Santa Juana Antida Thouret nació en Sancey-le-Long, diócesis de Besancon, el día 27 de noviembre de 1765. En 1787, ingresó en la Compañía de la Hijas de la Caridad, en la que permaneció hasta 1793, cuando la Compañía fue dispersada por la Revolución Francesa. Aun durante la persecución, no cesó de ejerce la caridad mediante la asistencia a los pobres y enfermos y en mantener viva la fe en su parroquia, supliedo al párroco expulsado. En 1799, fundó en Besancon la Congregación de la Hermanas de la Caridad bajo la protección de san Vicente de Paúl, de cuyo espíritu y tradiciones, como le gustaba repetir, derivan las Reglas del Instituto. Después de haber fundado varias casas en Francia en 1810, llamada por el rey, fue a Nápoles con algunas Hermanas, iniciando fundaciones también en Italia. la aprobación de las Reglas, por parte de Pío VII en 1819, fue el principio de un largo período de pruebas. En efecto, algunos cambios secundarios, introducidos en el texto suscitaron reacciones y oposiciones por parte de algunos no muy bien dispuestos y del mismo arzobispo de Besancon, lo que originó en el Instituto una división y separación de la Fundadora, hasta el punto de dejarla aparte. Pero ella, aunque obligada a retirarse a Besancon, siguió exhortando a la Comunidad a que perseverase en el servicio de los pobres y en la comunión fraterna. Ella por su parte supo conservar una gran serenidad espiritual y una fidelidad constante al Papa.
Murió en Nápoles el día 24 de agostos de 1826. Fue beatificada por Pío XI el 13 de mayo de 1926 y, también por el mismo Pontífise, canonizada el 14 de enero de 1934.
Notas características de su santidad fueron: su generosa donación al servicio de los pobres y de quienes sufren persecución, la fidelidad y la perseverancia en la vocación aún en medio de las pruebas, el amor y la obediencia al Papa.
La Celebración de su memoria en la Familia Vicenciana, además de recordar su permanencia entre las Hijas de la Caridad, quiere ser como un acercamiento ideal a la familia espiritual de santa Juana antida, en elúnico espíritu de la caridad vicenciana para el servicio de la Iglesia y de los pobres.