2012-05-22 Radio Vaticana
(RV).- Cuando la Iglesia se prepara a celebrar los cincuenta años del Concilio Ecuménico Vaticano II, que inauguró el 11 de octubre 1962 el Papa Juan XXIII, el pasado 21 de mayo, en la Sala Marconi de nuestra emisora, se presentó el libro titulado “Las claves de Benedicto XVI para interpretar el Vaticano II”, escrito por el cardenal Walter Brandmüller, el arzobispo Agostino Marchetto y Mons. Nicola Bux, de la editorial Cantagalli. Presentaron el volumen dos de sus autores, junto a nuestro director general, el padre Federico Lombardi.
Conviene recordar que el Santo Padre, en su discurso del 2005 a la Curia Romana afirmaba que “la hermenéutica de la discontinuidad corre el riesgo de terminar en una ruptura entre la Iglesia preconciliar y la Iglesia postconciliar”. Con estas palabras Benedicto XVI advertía la confusión que podía nacer de una interpretación particular del Concilio Vaticano II. Y se preguntaba por qué su recepción, en grandes partes de la Iglesia, se ha desarrollado de un modo tan difícil. Aludiendo en su respuesta a la “justa hermenéutica”, es decir a la correcta clave de lectura y de aplicación.
Conversando con los periodistas, a propósito de la aceptación del Concilio Ecuménico Vaticano II y a propósito de la cuestión abierta con la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, el purpurado deseó el éxito “del intento del Santo Padre de unificar a la Iglesia”, puesto que precisamente “la historicidad de cada Concilio es el punto de partida de una conversación fructuosa con los lefebvrianos”.
Al respecto, Mons. Marchetto subrayó la necesidad de la “aceptación del Concilio por parte de quienes desean reunirse en la Iglesia”. Y añadió que entre las “claves para interpretar el Vaticano II en la visión de Benedicto XVI está la ya delineada por el Cardenal Ratzinger antes de llegar a ser Papa, a saber, la línea de la interpretación, de la hermenéutica de la reforma en la continuidad. Mientras en su discurso del 22 de diciembre de 2005 el Pontífice añadía que la otra interpretación ha creado confusión y dificultades, es decir la de la ruptura y la de la discontinuidad. Entonces el mismo Santo Padre nos ha dato la clave de la correcta interpretación del Concilio, que ya había preocupado a Pablo VI. Mientras otra clave que ahora se ha sumado, si bien era implícita, es la de la visión a la luz del Año de la Fe.
Por eso afirmó que debemos tener presente que no se puede entender a la Iglesia si no se la ve con los ojos de la fe, si no aceptamos la presencia del Espíritu, de modo particular, por ejemplo, durante un Concilio ecuménico. De ahí que afirmara que, con este libro, los autores tratan de hacer ver que hay una base científica que sostiene la interpretación del Santo Padre.
Ante la pregunta de cuál es entonces la contribución de la lectura ofrecida por el Papa, Mons. Marchetto respondió que, por ejemplo, el Cardenal Brandmüller presenta el Vaticano II con el bagaje de todos los Concilios ecuménicos, deteniéndose en la característica específica del Vaticano II, que está, ciertamente, en la línea de la tradición. Mientras, por su parte, el Arzobispo subrayó la continuidad teniendo presente que la renovación ha pasado hacia el consenso y el diálogo, por tanto, es una renovación en la continuidad. Y añadió que el Concilio es un icono de la Iglesia católica. Por lo que hay que caminar juntos en la visión de nuestra realidad del mundo de hoy, pero también teniendo presente nuestra fidelidad al patrimonio y al aspecto fundamental de la continuidad.
(María Fernanda Bernasconi – RV).