MUEREN SABIENDO QUE DIOS LOS AMA

2012-06-11 Radio Vaticana
(RV).- Este 10 de junio la Iglesia católica en la India celebró el Corpus Domini y en la diócesis de Mumbai se confió la adoración eucarística a las religiosas de Madre Teresa que administran el “Ashan Dan”, es decir “el Don de esperanza”, un refugio para minusválidos, pobres y enfermos. Para las religiosas la oración es la fuente de fuerza necesaria para llevar adelante el tan difícil trabajo que desempeñan. La elección de reservar el momento de adoración a las Misioneras de la Caridad es una respuesta a la tendencia actual de enfatizar la dimensión social de la Eucaristía. De hecho la arquidiócesis de Mumbai subrayo cuanto fue afirmado el jueves pasado, 7 de junio, por su Santidad Benedicto XVI en san Juan de Letrán en la celebración del Corpus Domini para la Diócesis de Roma, cuando recordó que es erróneo contraponer la celebración y la adoración porque se trata de dos aspectos del Misterio Eucarístico, estrechamente unidos.

El Asha Dan se encuentra en Byculla, un suburbio de Mumbai donde trabajan 12 religiosas de madre Teresa. El local está formado por grandes cobertizos capaces de albergar a 400 personas, de todas las edades incluyendo niños entre los 2 y los 8 años, cuyo común denominador es el sufrimiento de graves patologías físicas y mentales. Cada día, la policía local lleva a este refugio a mujeres enfermas de Sida, junto con sus hijos y a necesitados, para sustraerlos de las calles de la ciudad. Una religiosa que trabaja en este refugio explicó a la agencia AsiaNews que el apostolado que ellas realizan consiste en “nutrirlos, lavarlos, proporcionarles lechos y vestidos limpios, además de curaciones y medicina, cumpliendo los mismos gestos y actitudes de respeto con los que sirven a Jesús. La religiosa explicó que todos ellos mueren, y sin embargo, cuando llega el momento, sonríen porque saben que Dios los ama y que Cristo murió por los pobres, los oprimidos, los nunca queridos, los necesitados”. La hermana Magdelita, superiora del Ashan Dan, el Don de la Esperanza recuerda que es en la oración y en la adoración cotidiana que ellas encuentran la fuerza para servir a estas personas. Y recuerda que en ellas, ven a Jesús, y es a través de su servicio, que permiten a todos ellos ser testigos del amor de Dios.(Patricia L. Jáuregui Romero - Radio Vaticano)