2012-07-20 L’Osservatore Romano
Moscú, 20. La Iglesia ortodoxa rusa no puede permanecer de brazos cruzados cuando en Europa la religión cristiana es pisoteada: así se ha expresado el higúmeno Philip (Ryabykh), representante del Patriarcado de Moscú en el Consejo de Europa, en
una declaración a “La Voix de la Russie”. Se refiere a las dos ciudadanas británicas despedidas por haberse negado a quitarse la cruz cristiana que llevaban en el lugar de trabajo: el caso de la empleada en el check-in de la British Airways en el aeropuerto de Heathrow, Nadia Eweida, y el de la enfermera Shirley Chaplin pronto serán examinados por el Tribunal europeo de derechos del hombre y los representantes ortodoxos, junto a juristas rusos, ya han garantizado pleno apoyo. Una situación que, según Philip, no tiene precedentes. Las dos profesionales solicitaron al Tribunal el reconocimiento de que la libertad de religión se ha violado y que han sido discriminadas precisamente en relación con su pertenencia religiosa. El legislador británico —se lee en “La Voix de la Russie”— en cambio no ha esperado a que el caso se llevara ante los jueces de Estrasburgo y ha propuesto una norma que permite al empleador despedir a los trabajadores que rechacen esconder su pertenencia a la religión cristiana. “La sentencia del Tribunal europeo de derechos del hombre —dijo el higúmeno Philip— se aplicará a todos los países que forman parte del Consejo de Europa, entre ellos Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Moldavia, o sea, a todos los fieles de la Iglesia ortodoxa rusa”. La tradición ortodoxa exige llevar la cruz y, advierte el representante del Patriarcado de Moscú, “si los jueces de Estrasburgo rechazaran la petición de estas dos cristianas y dieran razón a los empleadores que les impidieron llevarla, este caso podría tener consecuencias negativas para los ortodoxos residentes en los países europeos. Para nosotros ello sería absolutamente inaceptable, pues los fieles tienen la obligación de llevar los símbolos cristianos en toda circunstancia”.