Silencio y Palabra: camino de...

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Nacional

Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la celebración de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

Contexto

Para este año 2012, el Santo Padre nos presenta, a través de su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, los elementos vitales del proceso comunicativo: ver, sentir y escuchar; estos elementos no se obtendrían si no se hace el silencio necesario para que por medio de la escucha activa, abierta, atenta, dedicada y dispuesta, se observe y hasta se contemple el diálogo que se construye entre dos o más personas, tomando en cuenta también los gestos y la postura corporal. Por esto, la importancia de la palabra se adquiere en el preciso momento de quien la recibe y de quien hace silencio para vivir la experiencia de la reciprocidad, producto del diálogo auténtico. El Papa nos dice que cuando la palabra y el silencio “se integran recíprocamente, la comunicación adquiere valor y significado”.

A partir de esta fecha, los Sumos Pontífices Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, han anunciado el tema del mensaje, mismo que en la actualidad, desde el Pontificado de Juan Pablo II en 1986 entregó a la Iglesia los días 24 de enero, durante la fiesta de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas, y así se ha conservado hasta ahora.

Además de los mensajes para la Jornada de las Comunicaciones, el magisterio de la comunicación de la Iglesia cuenta con otros documentos Pontificios, redacción bajo la responsabilidad del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, entre los que destacan: "Communio et progresio" de 1971, y "Aetatis Novae" de 1992.

Al celebrarse la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales la Iglesia promueve la toma de conciencia de la importancia de la comunicación y los apoyos que se requieren para sostener y emprender las iniciativas que la Iglesia necesita en este campo de acción pastoral específica.

La comunicación, columna vertebral de la Iglesia (como lo dijera el Mons. Carlos Aguiar Retes, Presidente de la CEM en 2006, en el IV Encuentro Nacional RIIAL México, en el auditorio de la Basílica de Santa María de Guadalupe), debe celebrarse, en el nivel nacional y diocesano, con oración, estudio, análisis, reflexión, junto con la toma de decisiones para las acciones que tendrán  que venir, fruto de la animación y de la puesta en común.

Estos han sido los temas:

1967: "Prensa, Radio, TV y Cine para el progreso de los pueblos".
1968: "Los Medios de Comunicación, vehículo de la Fe".
1969: "Los Medios de Comunicación y la Familia".
1970: "Las Comunicaciones Sociales y la Juventud".
1971: "Comunicación Social y Unidad entre los hombres".
1972: "Los Medios de Comunicación Social al servicio de la Verdad".
1973: "Los Medios de Comunicación Social al servicio de la afirmación y promoción de los valores espirituales".
1974: "Las Comunicaciones Sociales y la Evangelización del mundo".
1975: "Las Comunicaciones Sociales y la Reconciliación".
1976: "Los Medios de Comunicación Social ante los derechos y deberes  fundamentales del hombre".
1977: "Publicidad en la Comunicación Social: Ventajas, riesgos, responsabilidad".
1978: "Derechos y deberes del hombres como receptor de los Medios de Comunicación Social".
1979: "Las Comunicaciones Sociales por la tutela y promoción de la infancia en la familia y en la sociedad".
1980: "Papel de las Comunicaciones Sociales e incumbencias de la familia".
1981: "Los Medios de Comunicación Social al servicio de la libertad responsable de los hombres".
1982: "Los Medios de Comunicación Social y los problemas de la tercera edad".
1983: "Las Comunicaciones Sociales al servicio de la paz".
1984: "Las Comunicaciones Sociales, instrumentos de encuentro entre fe y cultura".
1985: "Los Medios de Comunicación Social y la promoción cristiana de la juventud".
1986: "Comunicaciones Sociales y formación cristiana de la opinión pública".
1987: "Las Comunicaciones Sociales al servicio de la justicia y de la paz".
1988: "Comunicaciones Sociales y promoción de la solidaridad y la fraternidad entre  los hombres y los pueblos".
1989: "La religión en los Medios de Comunicación Social".
1990: "El mensaje cristiano en la actual cultura informática".
1991: "Los Medios de Comunicación Social por la unidad y el progreso de la familia humana".
1992: "La proclamación del mensaje de Cristo en los Medios de Comunicación  Social".
1993: "Vídeos y casetes en la formación de la cultura y de la conciencia".
1994: "Televisión y familia: criterios para saber mirar".
1995: "El cine, transmisor de cultura y de valores".
1996: "Los Medios de Comunicación Social: nuevo ámbito de promoción de la  dignidad de la mujer".
1997: "Comunicar a Jesús: el Camino, la Verdad y la Vida".
1998: "Animados por el Espíritu, comuniquemos la esperanza".
1999: "Los Medios de Comunicación, presencia amiga para quien busca a Dios".
2000: "Anunciar a Jesucristo en los Medios de Comunicación en el alba del tercer milenio".
2001: "Anunciar desde la azoteas el evangelio en la era de la comunicación global".
2002: "Internet, un nuevo foro para la proclamación del Evangelio".
2003: "Los Medios de Comunicación al servicio de la auténtica paz a la luz de la ".
2004: "Los Medios en familia: un riesgo y una riqueza".
2005: "Los Medios de Comunicación al servicio del entendimiento entre los pueblos".
2006: "Los Medios, una red de comunicación, comunión y cooperación".
2007: “Los niños y los medios de comunicación social: un reto para la educación”.
2008: “Los medios entre el protagonismo y el servicio: buscar la verdad para compartirla”.
2009: “Nuevas tecnologías, nuevas relaciones. Promover una cultura de respeto, de diálogo, de amistad”.
2010: “El sacerdote y la pastoral en el mundo digital: los nuevos medios al servicio de la Palabra”.
2011: “Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital”.
2012: “Silencio y Palabra: camino de evangelización”.

La Iglesia en México, desde los años 70, tiene una clara intención de brindar un acompañamiento puntual desde la Conferencia del Episcopado Mexicano.

Silencio y Palabra

En este 2012, el Santo Padre nos presenta, a través de su mensaje, elementos vitales del proceso comunicativo, que son ver, sentir y escuchar, mismos que no se obtendrían si no se hace el silencio necesario para que por medio de la escucha activa, abierta, atenta y dedicada y de .a disposición sensorial para observar y hasta contemplar el diálogo que se va construyendo, tomando en cuenta incluso los gestos y la postura corporal. La importancia de la palabra se adquiere en el preciso momento de quien la recibe y de quien calla para vivir la experiencia de la reciprocidad, producto del diálogo auténtico. El Papa nos dice que cuando la palabra y el silencio “se integran recíprocamente, la comunicación adquiere valor y significado”.

Para enfatizar la relevancia de este binomio en cuestión, Benedicto XVI señala: “Allí donde los mensajes y la información son abundantes, el silencio se hace esencial para discernir lo que es importante de lo que es inútil y superficial”. Habla de crear un ambiente propicio, dice, “una especie de “ecosistema”, que sepa equilibrar silencio, palabra, imágenes y sonidos”. El Papa nos habla de equilibrio en la comunicación, a partir de la conjugación de la palabra y el silencio.

Afirma también que en el vasto mundo del internet se obtienen tan rápido las respuestas de aspectos que no se buscan ni se han preguntado, experiencia que puede llegar a modificar necesidades que ni siquiera se han sentido. Por lo que el Santo Padre nos lanza la invitación a abrir la posibilidad del diálogo profundo; “hecho de palabras, de intercambio, pero también de una invitación a la reflexión y al silencio que, a veces, puede ser más elocuente que una respuesta apresurada y que permite a quien se interroga entrar en lo más recóndito de sí mismo y abrirse al camino de respuesta que Dios ha escrito en el corazón humano”. El Papa nos habla de que las personas se acerquen a la vivencia verdadera de compartir “su visión del mundo, sus esperanzas, sus ideales”.

En la necesidad de encontrar a Dios, el silencio es la clave para emprender este camino de búsqueda, y es “en el Misterio de Cristo”, donde la humanidad encuentra sentido y obtiene la respuesta que es “capaz de dar paz a la inquietud del corazón humano”. Porque: “Es de este Misterio de donde nace la misión de la Iglesia, y es este Misterio el que impulsa a los cristianos a ser mensajeros de esperanza y de salvación, testigos de aquel amor que promueve la dignidad del hombre y que construye la justicia y la paz”.

Al final de su mensaje nos asegura que “aprender a comunicar quiere decir aprender a escuchar, a contemplar, además de hablar, y esto es especialmente importante para los agentes de la evangelización: silencio y palabra son elementos esenciales e integrantes de la acción comunicativa de la Iglesia, para un renovado anuncio de Cristo en el mundo contemporáneo”.

En oración pide a “María, cuyo silencio “escucha y hace florecer la Palabra”, confío toda la obra de evangelización que la Iglesia realiza a través de los medios de comunicación social”.

Para la Iglesia de México y de América Latina, silencio y palabra, deberá ser la determinación renovada de la comunicación que los agentes de pastoral, discípulos misioneros de Jesús, deberán aprender y experimentar, para continuar la marcha de la Misión Continental; y más aún, los que tienen la responsabilidad de colaborar de lleno en el trabajo de la comunicación de la Iglesia.

Samuel Najera Mata