Etimológicamente significa “ el que llora”. Viene de la lengua hebrea.
Abel era un escocés que murió en Lobbes, Bélgica, en el año 770.
Todo el mundo lo conocía por su victoria de Poitiers (en el año de 732). Fue una importante batalla mediante la cual se salvó a Europa del Islám, el Islam venía arrasando a base de la fuerza, la muerte y el sometimiento a varios países y se quería apoderar de Europa, he ahí donde radica su triunfo de Abel.
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El mismo Carlos Martel habla de él como una persona de gran reputación en la labores apostólicas de la Iglesia.. El tenía en su mano el derecho de nombrar obispos y abades. Milón por ejemplo, tenía dos diócesis bajo su poder episcopal des que echó fuera a san Roberto de su diócesis de Reims.
Sin embargo, a la muerte de Carlos, el rey Pipino, su hijo, llamó a san Bonifacio para que reformara la Iglesia de Francia, en la que había abusos de bulto y varias situaciones que urgía aclarar..
Una de las primeras decisiones que tuvo que tomar Bonifacio fue enviar a Milón a Trèves y proporcionar un verdadero pastor de almas a los fieles de Reims.
Para esta misión eligió a Abel, monje de Lobbes, que ya se había distinguido como misionero en los países del Norte, aparte que estaba acostumbrado a tener ese contacto con las dificultades, no se cuenta como llego a ser monje.
Su elección la aprobó Pipino y la confirmó el Papa Zacarías el 22 de junio del año del 745. El Papa estaba lejos, Pipino luchaba fuera de las fronteras y Milón le hizo la vida imposible a Abel. Incluso intentó asesinarlo. Abel, desalentado y sin coraje necesario, abandonó Reims y volvió a vivir en Lobbes, en donde murió.