Etimología: Octaviano = del octavo día. Viene de la lengua latina.
Octaviano murió en Liguria en 1132. Era nada menos que el hijo de Guillermo II, rey de Borgoña. Su hermano llegó a ser Papa con el nombre de Calixto II. Otro hermano fue el arzobispo de Besançon.
Toda la ilusión que anidaba en su pulcro corazón era la de ser monje de Cluny.
El padre, sin embargo, que lo había reservado para que fuera su sucesor, le envió a estudiar a la universidad de Bolonia.
Era un joven muy inteligente. Al terminar sus brillantes estudios, se convirtió en profesor. Guillermo veía que su muerte se acercaba.
Entonces envió a mensajeros para que su hijo volviera. Cuando llegaron, su padre ya había muerto.
Gracias a esta muerte, dolorosa pero esperada, él pudo seguir libremente su vocación con tal de que los suyos no pusieran dificultades.
Al no encontrarlas, él entró en la abadía de san Pedro en la que vivió por espacio de cuarenta y dos años., entregado a la oración y al estudio de la Palabra de Dios.
Era una persona muy sociable y con unos talentos apropiados para tratar a todo el mundo como se merecía.
Pudo conquistar los honores más altos, y, en verdad, se le presentaron a menudo. Jamás, sin embargo, los aceptó en su alma.
Lo que él sentía realmente era la humildad de Jesús hecha carne en él mismo.
Veinte meses antes de su muerte, tuvo que presidir la diócesis de Savone porque no había candidato. Durante este tiempo realizó varios milagros, el primero de los cuales fue la reforma de los canónigos. Les privó de sus prebendas mientras no cambiaran de conducta.
P. Felipe Santos