30 de Agosto de 2012, Evangelio

Escrito por  Mons. Enrique Díaz Díaz

Santa Rosa de Lima

II Corintios: “Los he desposado con un solo marido y los he entregado a Cristo como si fueran ustedes una virgen pura”
Salmo 148: “Que alaben al Señor todos sus fieles”
San Mateo 13, 44-46: “Va y vende cuanto tiene y compra aquel campo”

Celebramos con gran alegría a Santa Rosa de Lima, la primera santa de América y un modelo de entrega para todos nosotros. Son muchas las historias de su entrega, sus sacrificios hasta lo inimaginable, sus servicios a los enfermos y su amor incondicional a Jesús. Cuando escuchamos estas historias, llenas de leyendas, de milagrería y de santidad ¿qué piensas tú? ¿Es posible la santidad también en nuestro tiempo? Estoy convencido que las palabras de Jesús son también para nuestro tiempo, es más, estoy seguro que ahora tienen más actualidad que en el pasado y que ahora los santos se necesitan mucho más que en otros tiempos. Pero no imaginemos santos con cara angelical, las manos juntas y la mirada perdida en las alturas. Los santos de ahora tienen que responder a la pequeña parábola que Jesús nos presenta: personas decididas y muy conscientes de que hay un tesoro y que por ese tesoro vale la pena arriesgar todo. Quizás nuestro mundo no está acostumbrado a estas decisiones. A lo más, un  pequeño grupo que ambiciona el triunfo en un deporte, en una competencia o en un negocio. Pero Jesús nos propone el mejor negocio, aunque no con ganancias materiales, que podamos tener. La búsqueda del Reino de los Cielos nos la presenta Jesús como el más ambicioso proyecto en que podemos embarcarnos. Pero exige una entrega incondicional, un esfuerzo continuo, arriesgar toda la vida, pertenencias, ambiciones y todos nuestros sueños. Es muy diferente a esa especie de conformismo con que nosotros acogemos el seguimiento de Jesús. Seguir a Jesús nos debe llenar de ilusión y de entusiasmo, que nos haga brillar la mirada y nos provoque contemplar todos acontecimientos a través de sus propuestas. Que tengamos la intención de llevar Buena Nueva a todos los espacios en especial a aquellos lugares donde hay más tristeza, más desaliento y mayor corrupción. Jesús nunca se cansa de alentarnos a escoger este camino. Será difícil y complicado, es cierto, pero es el único camino que nos dará verdadera salvación. Es posible hoy ser Santo y seguir a Jesús. ¿Por qué no vivir la santidad con alegría y entusiasmo si Cristo mismo es el que nos lo propone?

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Nacional