Bertrán (o Bertrando) es oriundo de Garrigue, pueblo cercano a Nimes (Francia) y fue uno de los primeros compañeros de santo Domingo, émulo del Padre en la devoción y en el fervor apostólico y también testigo de tantas maravillas en los viajes del santo fundador.
Bertrán tuvo mucha importancia en el desarrollo y afirmación de la Orden: fue el primer prior del convento de San Román en Tolosa el año 1216; al año siguiente fue enviado a la fundación de París, para volver de nuevo a Tolosa en 1219 ya como provincial de Tolosa (entonces Provenza).
Bajo la dirección del fundador se dedicó con gran eficacia a la unión y relación de las diversas comunidades, que en tan gran número se empezaban a constituir.
De él dice el beato Jordán en su obra: Orígenes de la Orden (c. 31) que fue: "hombre de gran santidad y de un rigor inexorable para consigo mismo, acérrimo mortificador de su carne, que había copiado en muchas cosas la vida ejemplar del Maestro Domingo. siendo tantas veces compañero de sus viajes."
Murió en el mes de abril de 1230 en el monasterio cisterciense de Le Bouchet, donde estuvo su sepulcro.
Su cuerpo fue trasladado en 1414 a la iglesia dominicana de Orange y allí estuvo expuesto a la veneración de los fieles hasta que fue quemado en las guerras de religión en 1561.
Su culto fue confirmado por León XIII el 14 de julio de l881.