2012-10-11 L’Osservatore Romano
Anunciado por sorpresa a inicios de 1959, el Vaticano II no sólo fue el mayor acontecimiento religioso del siglo XX, sino también la más numerosa reunión de obispos cristianos en toda la historia. Había transcurrido casi un siglo desde el anterior concilio Vaticano (1869-1870), interrumpido a causa de la toma de Roma y, sobre todo, el mundo había cambiado completamente.

La preparación duró casi un cuatrienio. Luego, desde el 11 de octubre de 1962 hasta el 8 de diciembre de 1965, fue el tiempo del concilio, celebrado en los meses de otoño de esos cuatro años irrepetibles. En un contexto de cambios y optimismos durante el cual se despertó un interés generalizado, que hasta entonces nunca se había producido, respecto a la Iglesia de Roma y a su voluntad de renovarse.

Pasado medio siglo desde la apertura, para el Vaticano II ha llegado el tiempo de la historia, necesaria para comprenderlo también en el plano de la fe y para superar las mitificaciones, tanto en sentido positivo como negativo, que están en la raíz de ásperos contrastes sobre su interpretación histórica y teológica. Casi una guerra, ciertamente no nueva en la historia de los concilios, pero que de hecho no favorece ni el conocimiento ni la recepción del Vaticano ii.

Con este número especial, preparado con pasión por Francesco M. Valiante, «L’Osservatore Romano» quiere ofrecer una sencilla evocación. Pero que tiene el mérito de remontarse a la época conciliar, para restituir lo más posible su realidad, a veces empañada por las interpretaciones en conflicto entre sí. Con textos e imágenes de aquellos años o que han querido inspirarse en ellos, como la hermosísima portada de Isabella Ducrot.

A la autenticidad también histórica del concilio, asamblea de la Iglesia de Cristo, remiten algunos textos de los Papas que lo dirigieron o vivieron como obispos. Hasta Joseph Ratzinger, que participó en él como joven teólogo. Y precisamente desde la apertura del Vaticano II parte un escrito de Benedicto XVI, inédito y aquí anticipado, que introducirá la inminente edición de sus escritos conciliares. Para ayudar, en este Año de la fe, a comprenderla y a vivirla.

g.m.v.