FIESTA DE FAMILIA EN SAN PEDRO, CON EL PAPA

La Plaza del Santuario de San Pedro se colmó de la presencia de unos ochenta mil peregrinos venidos de diversas partes del mundo, especialmente devotos de los flamantes santos, para celebrar en domingo la victoria de Jesús resucitado, que obra maravillas en el corazón de la familia católica, como es el caso de estos nuevos santos. Es que la alegría y el gozo que comunica la nueva Evangelización, parte de la victoria de Cristo vivida y testimoniada por los santos de hoy.

Jacques Berthieu, Pedro Calungsod, Giovanni Battista Piamarta, María del Carmelo Sallés, Mariana Cope, Kateri Tekakwitha y Anna Schäffer, son los siete nuevos santos canonizados hoy por el Papa, que en su homilía evocó a los cristianos perseguidos, a los pueblos originarios de América del Norte y la pastoral a los enfermos en cuidados paliativos. El Santo Padre destacó el carisma de estos generosos y heroicos modelos de consagración a Dios y de servicio a los hermanos, haciendo resonar las palabras de Jesús:

«El hijo del hombre ha venido a servir y dar su vida en rescate por la multitud (cf. Mc 10,45). Estas palabras han constituido el programa de vida de los siete beatos que hoy la Iglesia inscribe solemnemente en el glorioso coro de los santos. Con valentía heroica gastaron su existencia en una total consagración a Dios y en un generoso servicio a los hermanos. Son hijos e hijas de la Iglesia, que escogieron el camino del servicio siguiendo al Señor.

La santidad en la Iglesia tiene siempre su fuente en el misterio de la Redención, que ya el profeta Isaías prefigura en la primera lectura: el Siervo del Señor es el Justo que «justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos» (53,11), es Jesucristo, crucificado, resucitado y vivo en la gloria. La canonización que estamos celebrando constituye una elocuente confirmación de esta misteriosa realidad salvadora. La tenaz profesión de fe de estos siete generosos discípulos de Cristo, su configuración al Hijo del hombre, resplandece hoy en toda la Iglesia».
(jesuita Guillermo Ortiz – RV)