2012-10-21 L’Osservatore Romano
«He notado una cosa que me ha hecho reflexionar –dijo Benedicto XVI durante la ceremonia de entrega de los llamados en todo el mundo Nobel de teología, el Premio Ratzinger–, esto es, que los dos galardonados de este año son competentes y están comprometidos en dos aspectos decisivos para la Iglesia en nuestro tiempo: me refiero al ecumenismo y al diálogo con las demás religiones. El padre Daley, estudiando a fondo a los Padres de la Iglesia, se ha situado en la mejor escuela para conocer y amar a la Iglesia una e indivisa, si bien en la riqueza de sus diversas tradiciones; por ello realiza también un servicio de responsabilidad en las relaciones con las Iglesias ortodoxas. El profesor Brague es un gran estudioso de la filosofía de las religiones, en particular de la judía e islámica en el Medievo». La ceremonia tuvo lugar al final de la mañana del 20 de octubre en una concurridísima Sala Clementina, en el palacio apostólico del Vaticano, con la presencia, entre otros, de los padres sinodales que interrumpieron sus trabajos por la ocasión.
«He aquí, que a cincuenta años del concilio Vaticano II –continuó el Papa en su discurso– me gustaría releer junto a vosotros dos documentos conciliares: la declaración «Nostra aetate» sobre las religiones no cristianas y el decreto «Unitatis redintegratio» sobre el ecumenismo, a los que añadiría otro documento que se ha mostrado de extraordinaria importancia: la declaración «Dignitatis humanae» sobre la libertad religiosa. Seguramente sería muy interesante, querido padre y querido profesor, escuchar vuestras reflexiones y también vuestras experiencias en estos campos, donde se juega una parte relevante del diálogo de la Iglesia con el mundo contemporáneo. De hecho, este encuentro y debate ideal ya tiene lugar leyendo sus publicaciones, que en parte están disponibles en diversas lenguas. Siento el deber de expresar particular aprecio y gratitud por este esfuerzo de comunicar los frutos de tales investigaciones. Un compromiso costoso pero precioso para la Iglesia y para cuantos trabajan en ámbito académico y cultural».