
- Nos otorga gradualmente un conocimiento completo de Jesucristo.
- Purifica nuestras almas, lavando nuestras culpas.
- Nos da la victoria sobre nuestros enemigos.
- Nos facilita practicar la virtud.
- Nos enciende el amor a Nuestro Señor.
- Nos enriquece con gracias y méritos.
- Nos provee con lo necesario para pagar nuestras deudas a Dios y a nuestros familiares cercanos, y finalmente, se obtiene toda clase de gracia de nuestro Dios todopoderoso.