2012-11-08 Radio Vaticana
(RV).- Benedicto XV reiteró la urgencia de impulsar el diálogo y la cooperación entre ciencia y fe, por el bien de la humanidad, de la paz mundial y de nuestro destino final, en su denso discurso a la plenaria de la Pontificia Academia para las Ciencias. Haciendo hincapié en este Año de la Fe, el Papa recibió al final de esta mañana a los miembros de esta antigua institución pontificia, de alcance internacional, multirracial en su composición, y no-sectaria en la elección de sus miembros. El trabajo de la Academia incluye seis grandes áreas: ciencias básicas, ciencias y tecnología de los problemas globales, ciencia de los problemas del mundo en desarrollo, política científica, bioética, epistemología.El Pontífice saludó a todos y en particular al Presidente de la misma academia, Profesor Werner Arber, y al Canciller, Mons. Marcelo Sánchez Sorondo.
Tras destacar el importante trabajo que realizan, el Santo Padre se refirió al tema de la presente reunión plenaria, sobre "La complejidad y la analogía en la ciencia: aspectos teóricos, metodológicos y epistemológicos", que abre una variedad de perspectivas que apuntan hacia una nueva visión de la unidad de las ciencias. En particular, ante los importantes descubrimientos y avances de los últimos años, recordando que sólo el hombre puede desarrollar constantemente su conocimiento de la verdad y el orden con sabiduría, por su bien y el de su entorno.
El enfoque interdisciplinario muestra también que las ciencias no son mundos intelectuales desconectados unos de otros y de la realidad, sino que están interconectados y dirigidos al estudio de la naturaleza como una realidad unificada, inteligible y armoniosa en su indudable complejidad, señaló Benedicto XVI, destacando luego que esta visión tiene puntos de contacto fructíferos con la visión del universo de la filosofía y la teología cristianas.
Contemplar y estudiar la creación, impulsa el conocimiento de la Palabra creadora de Dios y alienta la reflexión sobre la trascendencia. El Papa recordó la apremiante necesidad de diálogo y cooperación entre ciencia y fe:
«En la gran empresa humana de los esfuerzos para descubrir los misterios del hombre y del universo, estoy convencido de la urgente necesidad de continuar el diálogo y la cooperación entre los mundos de la ciencia y de la fe en la construcción de una cultura de respeto del hombre, de la dignidad humana y la libertad, para el futuro de nuestra familia humana y para el desarrollo sostenible a largo plazo de nuestro planeta. Sin esta necesaria interacción, los grandes interrogantes de la humanidad quedan fuera de la razón y la verdad, abandonados a lo irracional, al mito o a la indiferencia, con un gran daño para la misma humanidad, para la paz mundial y para nuestro destino final».
Renovando su gratitud e interés por el trabajo que realiza la Pontificia Academia de las Ciencias, el Santo Padre destacó el Año de la Fe que está celebrando la Iglesia, animando el fortalecimiento de la relación entre la razón y la fe:
«Queridos amigos, al concluir estas reflexiones, me gustaría llamar su atención sobre el Año de la fe que la Iglesia celebra en conmemoración del quincuagésimo aniversario del Concilio Vaticano II. Agradeciéndoles por la contribución específica de la Academia para el fortalecimiento de la relación entre la razón y la fe, les aseguro mi profundo interés en sus actividades y mis oraciones por ustedes y sus familias. Sobre todos ustedes invoco las bendiciones divinas de sabiduría, alegría y paz».
(CdM – RV)