Traslación de la Santa Casa de Loreto

Date: 
Jueves, Diciembre 10, 2020

APARTIR del siglo XVI, la "Santa Casa de Loreto", que se encuentra en la región italiana de la Marca de Ancona, ha sido un centro de peregrinación. ¡La casa es el propio domicilio de la Santísima Virgen trasportado desde Nazaret por los ángeles, a través de los aires! No es de extrañar, por lo tanto, que los grandes santos hayan orado en aquel lugar: San Fran- cisco Javier, Francisco de Borja, Carlos Borromeo, Luis Gonzaga, San José de Cupertino, Santa Teresita de Lisieux y muchos otros, que dieron testimonio de la devoción a un santuario mariano muy amado en el occidente.

Si como cronistas debemos hacer constar que la milagrosa traslación de la casa de Nazaret a Loreto no tiene ninguna prueba histórica que la sostenga, no por eso es nuestra intención atentar contra las bases de esta devoción, puesto que amamos a Nuestra Señora no por los ladrillos, las vigas y las piedras de sus iglesias, sino porque es la Madre de Dios.

En 1470, una bula emitida por el Papa Pablo II, autorizaba la conmemoración de Una imagen de la Santísima Virgen trasportada por los ángeles a Loreto, dentro de un edificio sin cimientos, miraculose fundatam "milagrosamen- te fundado", como dice la bula.

Hacia 1472, uno de los rectores de la iglesia de Loreto, llamado Teramano, escribió un relato sobre la forma en que la "Santa Casa de Nazaret" llegó a las cercanías de Fiume y después, a Loreto. Otra nota sobre el tema apareció en 1489, escrita por un carmelita que desempeñaba un cargo en Loreto, el Vene- rable Bautista Spagnolo, llamado el "Mantovano". En 1507, una bula de Julio II, hizo alusión a estos relatos, a los que calificaba de "creencias piadosas" y agregaba que la casa había sido trasladada desde Belén, lo que es inexacto. Cerca de veinte años después (1525), Erasmo compuso una misa para la Virgen de Loreto, con un hermoso introito en verso, pero sin alusión alguna al vuelo de la casa. En 1531, Jerónimo Angelita dedicó a Clemente VII una narración circunstancial sobre el traslado de la casa.

De acuerdo con todos estos autores, la bendita construcción debe haber llegado a las cercanías de Fiume en 1291 y a Loreto en 1294. Causa extrañeza a los investigadores el absoluto silencio sobre el suceso a lo largo de los siglos XIV y XV, pero sobre todo, que en una bula con fecha de 1320, relacionada con Loreto, no se hable para nada de la traslación. Tampoco en oriente aparece mención alguna sobre la "Santa Casa de Nazaret", antes del siglo VI.

Lo que se decía hasta el año de 1291 sobre la morada de la Santísima Virgen en Nazaret, no corresponde absolutamente a lo que existe en Loreto. Se hablaba de una cripta con una gruta y no de una casa.

Hay testimonios auténticos, que datan de los años 1193, 1194 y 1285, de que existía en Loreto una iglesia dedicada a Nuestra Señora. Es posible que los católicos servios que huían de la persecución a fines del siglo XIII, transportasen hasta Loreto, donde se refugiaron, una estatua de la Virgen Maríu, y no se puede descartar la probabilidad de que ellos mismos construyesen, para pro- teger a su imagen, una casa a la que pusieron el nombre de Nazaret, de la misma manera que, en nuestros días, se han construido en todas partes grutas de Lourdes.

De esta manera, se tendrá para Loreto una leyenda que se habría desarrollado de una manera análoga a la leyenda de Guillermo Tell. La gesta del héroe suizo surgió entre los años 1298 y 1308; hacia 1470, fue considerablemente aumentada y difundida por el Libro Blanco y, en 1531, Tschudi la completó.

Por otra parte, no es ésta la única devoción o culto reconocido por la Iglesia a pesar de sus muy discutibles orígenes históricos, como por ejemplo, los casos de Santa Filomena, San Teodosio y el santuario de Compostela. Además, hasta el año de 1669, se inscribió la festividad de la Traslación de la Santa Casa de Loreto en el Martirologio Romano.

Butler Alban - Vida de los Santos