Santos Epimaco, Alejandro y otros mártires

Date: 
Sábado, Diciembre 12, 2020

EL AÑO 250, la persecución de Decio hacía estragos en Alejandría y los magis- trados buscaban activamente a los cristianos. Alejandro y Epímaco cayeron en sus manos. Como no titubearon en confesar el nombre de Cristo, se los cargó de cadenas y se los tuvo largo tiempo en confinamiento absoluto. Los mártires salieron victoriosos de aquella prueba de su fe y de su paciencia. Entonces, los jueces los mandaron azotar, dieron orden de que les desgarrasen los costados con garfios y, finalmente, los condenaron a perecer en la hoguera. San Epímaco se identifica con el santo del mismo nombre, mencionado en el Martirologio Romano el 10 de mayo, cuyas reliquias fueron trasladadas de Alejandría a Roma junto con las de San Gordiano. San Dionisio, obispo de Alejandría, que pre- senció una parte del martirio, nos dejó los datos que acabamos de transcribir; también menciona a otras cuatro cristianas que conquistaron la palma del martirio el mismo día y en el mismo sitio. La primera de ellas, Amonaría, fue cruelmente torturada, para obligarla a repetir las blasfemias que el juez le indicaba, pero ella se negó y fue condenada a morir, probablemente decapitada. La segunda, Mercuria, era ya anciana. La tercera, Dionisia, que tenía varios hijos, los encomendó a Dios y sufrió el martirio por su amor. N o sabemos cómo se lla- maba la cuarta. El juez, que estaba furioso por no haber logrado vencer a Amonaría, n o quiso exponerse a otro fracaso, d e suerte q u e condenó inmedia- tamente a muerte a las otras tres, sin someterlas a torturas previas.

Butler Alban - Vida de los Santos