EL MARTIROLOGIO Romano dice: "En Armenia, el martirio de los santos Eustracio, Auxencio, Eugenio, Mardario y Orestes, que sufrieron durante la persecución de Diocleciano. Eustracio padeció primero bajo Lisias; más tarde, Agricolao, gobernador de Sebastea, le sometió junto con Orestes a crueles tormentos. Eustracio pereció en un horno; Orestes fue colocado sobre una parrilla ardiente y así pasó al Señor. Los otros conquistaron la palma del martirio de diferentes maneras, después de ser cruelmente castigados por el gobernador Lisias en Arabraca. Los cuerpos de los mártires fueron más tarde trasladados a Roma, donde se les dio honrosa sepultura en la iglesia de San Apolinar". San Eustracio era un armenio de buena familia. Orestes, que era soldado, se convirtió al ver la fortaleza con que Eustracio soportaba la tortura. San Eugenio era su criado, y Mardario y Auxencio eran dos amigos suyos que intercedieron por él. Las reliquias de estos mártires reposan todavía en la iglesia de San Apolinar. Las "actas" de San Eustracio son un ejemplo de la forma en que se interpolaba y amplificaba ese género de documentos con fines didácticos y de edificación. En efecto, en las actas aparece el máritr discutiendo largamente con el magistrado y cita pasajes de Platón y de los poetas para confirmar sus argumentos.
Butler alban - Vida de los Santos