2012-12-22 L’Osservatore Romano
Este es el tiempo de la confianza. Sobre todo en tiempos de crisis, que tanto incide en las relaciones interpersonales y en las relaciones entre cristianos. Es cuanto se pone de relieve en los numerosos mensajes que, después del llamamiento de Benedicto XVI, los diversos líderes cristianos –desde el Patriarca ecuménico de Constantinopla hasta el primado de la Comunión anglicana y el secretario general de la Federación luterana mundial– están haciendo llegar a la Comunidad de Taizé con ocasión del inminente 35º encuentro europeo de jóvenes, la «peregrinación de confianza sobre la tierra» que, como es sabido, se tendrá en Roma del 28 de diciembre al 2 de enero próximo y que está teniendo cada vez más inscritos: han llegado de hecho a más de 40.000 las personas que se esperan en la capital italiana.
Para el Patriarca ortodoxo Bartolomé, la cita de Roma se prefigura como una iniciativa «en condiciones de superar las insidias del tiempo y el cansancio de la historia». No sólo. Esta manifestación de fe por sí sola «invalida las consideraciones más pesimistas que tienden a relegar el ecumenismo entre las fracasadas iniciativas de la historia». Al tema de la confianza está dedicado también el mensaje del primado anglicano, el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, que se inspira en una visita realizada a una ciudad de Nueva Zelanda golpeada en poco tiempo por dos devastadores terremotos. «Ante una terrible catástrofe natural, muchos se preguntan si podemos confiar en Dios. Puede haber respuestas teóricas, pero la respuesta práctica es que podemos confiar en Él si respondemos con valentía y generosidad a la pregunta que nos dirige a través de los pobres».