Mensaje de Año Nuevo: Disponibles a la Voluntad de Dios

Escrito por Mons. Mario Espinosa Contreras

Después de haber gozado las fiestas de la Navidad, la Providencia Divina nos concede iniciar el Año Nuevo, donde la Palabra de Dios, nos bendice y nos formula que el Señor nos mire con benevolencia, nos conceda su protección y su paz.

Navidad ha significado un encuentro contemplativo con Jesús, Dios y hombre verdadero, “nacido de mujer y bajo la ley”, quien ha experimentado el rechazo, el frío, la pobreza y casi todas nuestras limitaciones; nos ha enternecido la alegría, la humildad, el compromiso y la fe profunda de María y José. También nos motiva la diligencia de los pastores para escuchar el mensaje angelical, su rapidez para encontrarse con el niño Dios, y su actitud misionera de compartir a los demás, las maravillas de lo que habían visto y oído.

María, José, los pastores, los reyes magos, se caracterizan por su apertura y prontitud para aceptar las invitaciones del Señor. Son prototipos de la escucha y ejecución de la voluntad divina. Así también nosotros, con el entusiasmo de haber vivido las fiestas navideñas, emprendamos el Año 2013, con todo aliento y disposición, decididos cada día ha recorrer la cotidianidad y las coyunturas especiales, incluso el sufrimiento y la enfermedad, en sintonía y complacencia a la voluntad de Dios, siendo verdaderamente hombres y mujeres de fe.

Hablando sobre la fe y citando a san Agustín, S.S. Juan Pablo I nos decía: “Agustín ha narrado la trayectoria de su fe, especialmente las últimas semanas fue algo horrible; al leerlo casi se siente, cómo su alma se estremece y se retuerce a fuerza de luchas interiores. De este lado, Dios lo llama e insiste; y de aquel, las antiguas costumbres, «viejas amigas – escribe el mismo – me tiraban suavemente del vestido de carne y me decían: Agustín, pero ¿cómo abandonarnos tu?, mira que ya no podrás hacer esto ni podrás hacer aquello, y para siempre. Que difícil, me encontraba en la situación de uno que está en la cama por la mañana. Le dicen, ¡fuera!, levántate, Agustín. Yo decía al contrario: sí, más tarde, un poco más todavía. Al fin, el Señor me dio un buen empujón y salí. Ahí está, no hay que decir: sí, pero; sí, luego. Hay que decir: sí enseguida, Señor. Está es la fe, responder con generosidad al Señor. Pero ¿quién dice este sí?, el que es humilde y se fía enteramente de Dios»” (Catequesis sobre la fe). Así pues, que nosotros tengamos verdadera prontitud para responder al Señor que nos llama y nos ofrece un plan de vida y salvación, que a veces no entendemos, pero que tiene un sentido en Dios. Sabiendo “que para los que aman a Dios, todo es para su bien” (Rom. 8, 28)

Que en este tiempo año providencial del Año de la Fe, tengamos siempre la humildad de reconocernos creaturas, limitados, necesitados de Dios, confiando en él, siendo conscientes que por su benignidad y misericordia amorosa somos sus hijos, y él es nuestro Padre común, que sólo desea nuestro bien; y con esta confianza filial seamos prestos y disponibles para realizar su voluntad, siendo conscientes como decía el Concilio de Trento, que Dios Padre Providente nos guía por la existencia “firme y suavemente”, ofreciéndonos seguridad y fortaleza. ¡Confiemos en Dios nuestro escudo y nuestra roca!

Que el Año Nuevo sea constantemente para nosotros oportunidad bien aprovechada de ser en la familia, en el trabajo, en las relaciones y el descanso, esmeradamente responsables, fraternos y fecundos, propiciando siempre el entendimiento, la unidad y la armonía.

Que Jesús, José y María, la Sagrada Familia, nos acompañen con su intercesión y su inspiración todos los días del año 2013. ¡Feliz y venturoso Año Nuevo!

+ Mario Espinosa Contreras
Obispo de Mazatlán
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