Santa Colomba

Date: 
Jueves, Diciembre 31, 2020
Clase: 
Santa

Santa Columba de Sens fue una de las mártires más famosas de toda la Edad Media y su culto tuvo una amplia difusión. Sin embargo, la información histórica sobre ella está teñida de leyenda, la misma «Passio» está llena de lugares comunes, típicos de las hagiografías áureas de los primeros mártires. Columba es presentada como perteneciente a una noble familia pagana de España, que vivió en el siglo tercero; para escapar del culto a los dioses, abandonó la familia y se fue a la Galia, primero a Vienne, donde recibió el bautismo, y a continuación, a Sens. Parece que su verdadero nombre era Eporita, pero que fue llamada Columba (Paloma) por su inocencia.

En Sens fue arrestada como cristiana a causa de la persecusión en todo el Imperio Romano; encontrándose en la ciudad el emperador Aureliano Lucio Domicio (270-275), fue llevada ante él, quien en su intento de hacerla renunciar a la virginidad cristiana llegaría a proponerle matrimonio con su propio hijo. Pero entonces, irritado por su negativa, ordenó encerrarla en el anfiteatro, en una «ccelda meretricia», pero cuando se presentó un joven para abusar de ella, un oso del anfiteatro intervino para protegerla, dando al hombre a la fuga. Dado que ninguno de los soldados quería intervenir más, Aureliano enfurecido ordenó que tanto la virgen como el oso fuesen quemados vivos, pero una nube de África, trajo una providencial lluvia que apagó el fuego ya preparado, mientras que el oso escapó a través hacia los campos. El Emperador obstinado condenó ahora a Colomba a la decapitación, después de un último intento de hacerla cambiar su fe. La niña, de sólo dieciséis años, fue martirizada no lejos de Sens y fue sepultada por un hombre que había recuperado la vista invocando su intercesión. Todo esto se cuenta como sucedido en la segunda mitad del siglo III, entre los años 270 y 275, en referencia al emperador Aureliano, que se encontraba en Sens para sus guerras en la Galia.

Veneradísima en la Francia de la época, el rey Lotario III, en el 620, fundó sobre la tumba de la santa la famosa abadía de Sainte-Colombe-les-Sens. En el 623 el obispo de Sens, san Lupo (m. 623) deseó ser enterrado a los pies de la mártir, en el año 853 el obispo Wessilone, al consagrar la nueva iglesia se encontró con las reliquias de los dos santos, los envolvió en una preciosa tela oriental, cuyos restos se encuentran en el siglo XIX, y se conservan en el tesoro de la catedral de Sens. La iglesia abacial fue construida por tercera vez en 1164 y consagrada por el Papa Alejandro III, pero fue destruida en 1792, en la Revolución Francesa. Los restos del complejo de la abadía y la iglesia fueron adquiridos en 1842 por las Hermanas de la Santa Infancia de Jesús y María, que construyeron allí su Casa Madre, preservando los restos de la cripta. Sin embargo las reliquias de santa Colomba ya habían sido trasladadas en 1803 a la catedral de Sens.

Hay numerosas iglesias dedicadas a la santa mártir, en Francia, España, Países Bajos, Alemania e Italia, donde el culto era particularmente popular en Rimini. Según las tradiciones locales, algunos comerciantes que navegaban por el Adriático, llevaban consigo una reliquia de la cabeza de Santa Columba, pero se vieron obligados a desembarcar en Rimini, donde la reliquia fue recibida por el obispo Stennio y colocada en la catedral. Santa Columba es invocada para obtener la lluvia y sus atributos iconográficos suelen ser un oso encadenado, y una pluma de pavo real en lugar de la palma de los mártires.

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