Nació en una pequeña aldea llamada Faughart,cerca de Dundalk, en Irlanda, en una época en la que se estaba llevando a cabo la evangelización de Europa,en el año 451.
A pesar de ser una santa muy venerada, con un culto muy extendido en los países ingleses, y especialmente en su patria, sus orígenes son misteriosos, y se mezclan con la leyenda.Su padre era un rey pagano escocés y su madre una esclava cristiana bautizada por san Patricio. La llamaron Brígida (Brigit) en homenaje al principio femenino de los celtas. Ya desde su nacimiento, que habría coincidido exactamente con la salida del sol, Santa Brígida dio muestras de su inclinación milagrosa; la casa natal estalló en llamas poco después del evento. Cuenta la leyenda que estas llamas eran tan grandes que alcanzaron a tocar el cielo. No pasó mucho tiempo para que sus padres notaran sus tendencias piadosas, pero fue cuando alcanzó la madurez que la vocación religiosa de Brígida se habría hecho evidente, y los milagros comenzaron a suceder. El día en que se ordenó como monja, una columna de fuego brotó de su cabeza. En otra ocasión su aliento devolvió la vida a un muerto y la cruz de juncos que tejió para un moribundo probó ser un remedio eficaz contra los incendios que aún hoy es utilizado.
Bajo inspiración divina construyó una ermita bajo un gran roble para dedicarse a la meditación. Alrededor de ella se agruparon numerosas mujeres que le rogaron crear un monasterio y ponerse al frente de él en tanto que madre superiora. Así ella fundó un convento (aprox. 513), del cual ella fue abadesa y en cuyas cercanías se formó la ciudad de Kildare. Adopta para ese convento la regla de san Cesáreo bien extendida en esa época. Este convento fue el primer monasterio doble de Europa que reagrupaba monjes y monjas. A su muerte, santa Brígida fue sepultada en Downpatrick junto a los santos Patricio y Colomba, que son los otros santos patrones de Irlanda. Santa Brígida murió en 525 en Kildare.