14 de febrero: día del amor y la amistad

Escrito por Lic. Paola Rios

S.E. Mons. Eugenio Lira Rugarcía
Obispo Auxiliar de Puebla
Secretario General de la CEM

Hoy celebramos el Día del Amor y la Amistad. Mucho se ha hablado, escrito, pintado, esculpido y cantado acerca del amor. Pero ¿qué es? ¿En qué consiste? ¿Cómo se expresa?

Algunos tienden a identificar el amor con la pasión, fruto de una poderosa y agradable atracción física, de una gratificante experiencia sexual, o de una emoción excitante y embriagadora. Sin embargo, cabe preguntarnos: ¿Se reduce el amor a una atracción, como si la persona amada fuera un objeto? ¿Es sólo una intensa sensación placentera y fugaz? ¿Es de verdad una fuerza instintiva e incontrolable que anula la razón y la voluntad?

Ciertamente, como ha dicho el Papa Benedicto XVI, los sentimientos y emociones, que son parte del amor, pueden ser una maravillosa chispa inicial; pero no son el amor completo. El amor es algo infinitamente más grande e integral[1]. Efectivamente, el amor es infinitamente grande, ya que, como nos ha dicho san Juan: “Dios es amor” (1 Jn 4, 16).Y ese Dios, que conoce perfecta y plenamente el amor, porque es Él mismo, nos ha mostrado su rostro en Jesús, “imagen del Dios invisible” (Col 1, 15).

Jesús, Amor encarnado, con su vida, y sobre todo con su pasión, con su muerte y con su resurrección, no sólo nos ha revelado qué es el amor, sino que nos lo ha entregado al comunicarnos el Espíritu Santo (cfr. Jn 20,21). Este don, para fructificar en nosotros, requiere una respuesta de parte nuestra: hacer una elección inteligente y libre, que involucra, además del cuerpo y los afectos, la razón y la voluntad.

De ahí que no podamos considerar verdadero amor una relación dañina o que ponga en grave riesgo la salud física, sexual, emocional, moral, patrimonial o espiritual, propia y ajena. “Amar a alguien es querer su bien y trabajar eficazmente por él”[2], ha recordado el Papa Benedicto XVI. Si alguien nos ama, debe procurar nuestro verdadero bien.

Decía san Agustín: “Ama y haz lo que quieras… si corriges, corregirás con amor..."[3]. Amar es decidir comprender, tratar con justicia, servir, pedir perdón a quien hemos ofendido y perdonar a los que nos han lastimado, como enseña san Pablo: “El amor es paciente, es servicial, el amor no es envidioso, no es jactancioso, no se engríe; es decoroso; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. El amor no acaba nunca” (1 Cor 13, 4-7).

Ojalá, comprendiendo lo que es el verdadero amor, lo vivamos cada día, siendo instrumentos del amor divino para aquellos que nos rodean ¡Feliz día del amor y la amistad!

[1] Cfr. Enc. Deus caritas est, n. 17.
[2] Ibíd., n. 7.
[3] Tract. In 1 Jo 7, 7-8.

Noticia: 
Nacional