La novedad que cambia la vida

2013-02-16 L’Osservatore Romano
“Es la fe aquello que debe orientar la mirada y la acción del cristiano, porque es un nuevo criterio de inteligencia y de acción que cambia toda la vida del hombre”. De esta forma Benedicto XVI ha vuelto a proponer la exigencia de una “conversión auténtica” para vivir la “novedad radical de la Resurrección”. Una necesidad recalcada con fuerza estos días cuaresmales y relanzada también en el testimonio sobre el Concilio Vaticano II que ofreció el jueves a los sacerdotes de Roma. “Es nuestra tarea precisamente en este Año de la fe —dijo— trabajar para que el verdadero concilio, con su fuerza del Espíritu Santo, se realice y verdaderamente se renueve la Iglesia”.

El viernes 15 de febrero por la mañana, en la audiencia concedida a la asociación Pro Petri Sede —uno de los últimos encuentros públicos de su pontificado—, Benedicto XVI volvió a poner el acento en lo que definió “una realidad viviente”: la fe, o sea, la virtud teologal que, para que se pueda acrecentar, “es necesario redescubrir continuamente”. Evidenciando de manera particular los vínculos profundos e inescindibles con la caridad. Y subrayando un concepto expresado varias veces: no existe caridad sin fe, ni fe sin caridad. Pues esta última no puede reducirse a un simple humanismo o a una obra de promoción humana. “La ayuda material, por necesaria que sea —recordó—, no es el todo de la caridad, que es participación en el amor de Cristo recibido y compartido”.