AUXIBIO NACIÓ en Roma, de padres idólatras. Era de un natural dulce y honesto y recibió una cuidadosa educación. Para asegurarle un puesto en el desempeño de los cargos públicos, quiso su padre que contrajera un matrimonio ventajoso. Auxibio tenía otros propósitos y pensaba más bien en hacerse cristiano. Para sustraerse a las solicitaciones y a las amenazas, huyó de la ciudad, embarcándose en secreto hacia la isla de Rodas y de allí a la de Chipre. La tradición asegura que allí encontró a Juan Marcos, pariente de San Bernabé, y que fue instruido por este discípulo; que recibió el bautismo, la confirmación, la instrucción sobre cómo predicar, y que fue ordenado sacerdote y aun consagrado obispo. Juan Marcos le confió también la misión de predicar en la ciudad de Soles. Ahí fue acogido favorablemente por un sacerdote de Júpiter. Auxibio le dijo que venía de Roma, pero le ocultó que era cristiano. Aceptó hospedarse en casa del sacerdote y le edificó con su vida santa, hasta llegar a convertirlo. Animado con este triunfo, Auxibio se dio a la catequesis, aunque todavía no de una manera ostensible.
Después del martirio de San Bernabé, el Apóstol San Pablo supo por Juan Marcos los progresos que hacía en la fe la isla de Chipre y confió a Heracles el poder de instituir allá nuevos obispos. Heracles invitó a Auxibio para que predicara a pleno día la fe de Jesucristo y le señaló el lugar en la ciudad de Soles, donde debía construirse una nueva Iglesia.
Auxibio, después de la construcción y consagración del nuevo edificio, comenzó su obra de apostolado a la vista de todos. La gracia de Dios le sostuvo y los milagros corroboraron su predicación, de modo que llegó a formar en Soles una comunidad cristiana floreciente.
Las noticias de estos éxitos evangélicos llegaron hasta Roma. Uno de los hermanos de Auxibio, llamado Temistágoras se impresionó de tal manera, que fue a Soles con su esposa y se convirtió al cristianismo.
Un pagano que se convirtió también, recibió en el bautismo el nombre de Auxibio y llegó a ser, a su vez, obispo de Soles. Este es Auxibio, obispo, segundo del mismo nombre. Después de un episcopado de cerca de cincuenta años, Auxibio sintió que se aproximaba su fin. Reunió a su clero y lo exhortó a permanecer precisamente el Auxibio de quien acabamos de hacer mención. Dio a todos los hermanos el beso de paz, bendijo a los fieles que habían llegado en gran número para asistir a sus últimos momentos y entregó su alma a Dios.
Butler Alban - Vida de los Santos