San Juan de Gorze

Date: 
Sábado, Febrero 27, 2021

EL PADRE de Juan de Gorze era ya bastante entrado en años cuando nació su hijo, en Vandiéres, cerca de Pont-á-Mousson. Vivió lo suficiente para darle una buena educación en las escuelas de Metz y Saint-Mihiel, aunque no para verle alcanzarla mayoría de edad. El joven tuvo que encargarse de administrar la propiedad familiar y así entró en contacto con muchos hombres de estado y de Iglesia. Se le confiaron los beneficios de Vandiéres y Saint-Laurent, en el pueblecito de Fontenoy, donde Juan trabajó mucho por embellecer esas iglesias, especialmente la de San Lorenzo. Ahí pasaba días enteros en oración, cuando los negocios le dejaban un respiro. El mundo no dejaba de atraerle, pero ejercieron gran influencia sobre él un sacerdote que profesaba gran devoción al oficio divino y un diácono, llamado Bérnier. La iglesia y el monasterio de sus posesiones dependían del convento de las religiosas de San Pedro de Metz, II donde Juan iba con frecuencia a ayudar la misa. Al ver las austeridades que practicaban esas religiosas y quiénes estaban a su cuidado, cayó en la cuenta del lujo y la comodidad en que él vivía. A partir de entonces, se consagró más y más a las cosas espirituales. Se dice que aprendió de memoria toda la lüblia y que llegó a conocer muy a fondo el "Comes", los penitenciales, los cánones del derecho canónico, las homilías de los Santos Padres y las vidas de los cantos, al grado que podía recitarlas de corrido, como si esuviera leyendo un libro.

Una peregrinación a Roma le puso en contacto con varios hombres de Dios que le ayudaron a avanzar en la vida espiritual. En el mismo viaje, visitó Monte Gargano, Monte Cassino y el Vesubio. De vuelta a Lorena, se hizo muy amigo del archidiácono Einhold de Toul, a quien persuadió de que renunciase a sus posesiones y le acompañase en otra peregrinación a Roma. Pero Adelborn, arzobispo de Metz, se interpuso, y los dos amigos decidieron entrar en la abadía de Gorze, que contaba apenas con unos cuantos monjes, el año 933. Su presencia rejuveneció la vida del monasterio; Einhold fue pronto nombrado abad y Juan prior. Las austeridades que Juan empezó a practicar obligaron a su superior a moderarle. El emperador Otón I pidió dos monjes para enviarles como emba- jadores a la corte del califa Abderramán de Córdoba. Juan fue elegido jefe de IMembajada, y el valor y la prudencia con que desempeñó su misión le gana- ron la admiración del propio califa. A su retorno, fue elegido abad de Gorze, el año 960, y las reformas que introdujo fueron pronto adoptadas por otros monasterios benedictinos de la Lorena superior. Dichas reformas consistían principálmente en un aumento de las austeridades corporales, como las que introdujo otro contemporáneo de Juan, San Gerardo de Brogne. Es difícil determinar si liay que considerar a Juan como santo o como beato. Los bolandistas le llaman liento, pero generalmente se le conoce como San Juan de Gorze.

Butler Alban - Vida de los Santos