Benedicto XVI: me escriben con el cariño de hijos y hermanos

2013-03-06 Radio Vaticana
(RV).- «¡Gracias Su Santidad Benedicto XVI, unidos a su oración rezamos por el nuevo Sucesor de Pedro! Resonará siempre en nuestros corazones cuando dijo «el mal no tiene la última palabra». Una familia mexicana le agradece su luminoso magisterio petrino y recuerda la alegría de recibir al Dulce Cristo en la tierra, en su visita a México. Después de recordar con profunda devoción a Juan Pablo II, esta familia mexicana escribe:

«Gracias Benedicto XVI por ser usted para nosotros los que amamos a la Iglesia cooperador de la Verdad. Las voces del enemigo se han opuesto al mensaje de Cristo proclamado por usted, pero usted lo ha proclamado con audacia, valor y fidelidad. Nosotros con buena disposición hemos recibido el mensaje en nuestro corazón y deseamos firmemente ponerlo en práctica. Nadie ni nada nos amedrentará para vivirlo. Usted nos ha enseñado a perseverar, nos ha enseñado a usar la razón con la fe para entender las cosas de Dios».

Esta familia mexicana, en un mensaje fechado el 27 de febrero pasado, «le agradece de corazón su visita a México en el 2012. Vino a animarnos, a darnos esperanza, nos vino a confirmar en la fe. Vino nuestro Dulce Cristo en la tierra a México porque se compadeció de nosotros en la hora del dolor. Pero también nos exhortó a los mexicanos, en la Santa Misa, a que fuéramos puros para poder ver a Dios. Gracias Santo Padre por enseñarnos el camino del bien, gracias por sus oraciones por México. Gracias por darnos su abrazo de Padre misericordioso a todos en estos días».

Estamos tristes por su partida, pero no abatidos. Como usted nos ha dicho ‘Dios guía a su Iglesia, la sostiene siempre y sobre todo en los momentos difíciles’, sabiendo que nuestra tristeza se convertirá en alegría con la Resurrección del Señor, apoyamos completamente su decisión, su gran ejemplo de humildad y servicio a la Iglesia, prosigue el mensaje, invocando a la Virgen de Guadalupe para que acompañe a Benedicto XVI.

Precisamente, en su última audiencia general Benedicto XVI agradecía con profunda emoción a las numerosas personas de todo el mundo, que en las últimas semanas le han enviado muestras conmovedoras de atención, amistad y oración. «Sí, - dijo - el Papa nunca está solo, ahora lo experimento de nuevo de una manera tan grande que toca el corazón», reiteró Benedicto XVI, añadiendo que «el Papa pertenece a todos y mucha gente se siente muy cerca de él. Y si bien es cierto que recibe cartas de los más grandes del mundo - Jefes de Estado, líderes religiosos, representantes del mundo de la cultura, etc. - también recibe muchas cartas de personas sencillas que le escriben simplemente de su corazón y le hacen sentir su afecto, que nace de nuestra vivencia con Cristo Jesús, en la Iglesia.

Esa gente no le escribe como se hace a un príncipe o a un gran personaje desconocido. «Me escriben – señaló - como hermanos y hermanas, o como hijos e hijas, con sentimientos de vínculos familiares muy cariñosos. Aquí se puede tocar con mano lo que es la Iglesia - no es una organización, ni una asociación con fines religiosos o humanitarios, sino un cuerpo vivo, una comunidad de hermanos y hermanas en el Cuerpo de Jesucristo, que nos une a todos. Experimentar la Iglesia de esta manera es tener casi la capacidad de tocar con las manos el poder de su verdad y de su amor, es una fuente de alegría, un momento en que muchos hablan de su declive».

(CdM - RV)