San Ruperto

Date: 
Sábado, Marzo 27, 2021

LA PRIMERA parte de la vida de San Ruperto se ha conservado en la oscuridad y hubo una gran diferencia de opiniones respecto a la fecha en la que verdaderamente floreció. Según las fuentes más fidedignas fue franco, aunque Colgan lo considera irlandés, cuyo nombre gaélico fue Robert Tach. Se puede hoy afirmar con certeza, que antes de empezar sus campañas misioneras, ya era obispo de Worms y en ese caso, no hay ninguna dificultad en que haya visitado Roma, ya que como obispo no requería especial autorización para tal objeto. Probablemente alrededor del año 697, fue cuando llegó con varios compañeros a Regensburgo y se presentó ante el duque Teodo, sin cuyo permiso nada se podía hacer. Probablemente llevaba consigo credenciales del rey franco Childeberto III, que siempre estuvo ansioso de la conversión de las provincias recientemente subyugadas. Parece que el duque era aún pagano, pero que su hermana era cristiana y no hay duda de que muchos en Baviera habían recibido el mensaje del Evangelio antes de esta fecha. Teodo no solamente dio la bienvenida a los recién llegados, sino que consintió en escuchar su predicación y en recibir sus enseñanzas. A su conversión y bautismo, siguió el de muchos nobles y no se presentó gran oposición al trabajo de los misioneros. El pueblo estuvo bien dispuesto y San Ruperto y sus compañeros cosecharon abundante fruto. Un templo pagano en Regensburgo y otro en Altótting, fueron casi inmediatamente adaptados para el culto cristiano. Se construyeron otras iglesias y casi toda la población fue instaurada en la fe cristiana. Los misioneros conti- nuaron su camino a lo largo del Danubio; y en Lorch, San Ruperto llevó a cabo muchas conversiones y realizó muchas curaciones milagrosas.

No fue, sin embargo, ni en Regensburgo, ni en Lorch, donde el santo estableció su centro de actividades, sino en el antiguo y ruinoso pueblo de Juvavum, que el duque le donó y que fue reconstruido y llamado Salzburgo. La generosidad de Teodo permitió a Ruperto erigir una iglesia y un monasterio con su escuela, dedicados a San Pedro. Se levantaron además otros edificios sagrados. El valle vecino, con sus fuentes de agua salada, formaba parte de la donación del duque. San Ruperto fue hábilmente secundado por sus compañeros, tres de los cuales, Vitalis, Cunialdo y Gislar, fueron después reconocidos como santos. No tardaron en necesitar urgente ayuda y Ruperto regresó a su tierra natal para reclutar misioneros y logró conseguir doce trabajadores más. Indujo también a su hermana o sobrina, Santa Erentrudis, a ingresar a un monasterio que él construyó en Nonberg y del que fue la primera abadesa. Un gran número de iglesias y lugares llevan el nombre de San Ruperto y están tradicionalmente relacionados con él, pero muchos de ellos le fueron sin duda dedicados tiempo después. Además de su trabajo evangelizador, el santo hizo mucho por la civilización de sus conversos y promovió el desarrollo de las minas de sal. Fue él quien le dio a Juvavum el nombre actual de Salzburgo. Murió allí probablemente alrededor del año 710. La fiesta de San Ruperto se celebra en Irlanda, así como en Austria y Baviera.

Vutler Alban - Vida de los Santos