Los PADRES del santo murieron en Constantinopla cuando éste tenía trece años. Uno de sus tíos, que era tesorero imperial, se encargó de su educación y le formó para que fuese su colaborador; pero a los veinticuatro años de edad, Platón abandonó el mundo y abrazó la vida religiosa. Vendió sus posesiones, dividió el producto entre su hermana y los pobres e ingresó en el monasterio Simboleon del Monte Olimpo, en Bitinia. Después de dar muestras de perfecta virtud en el desempeño de los oficios más humildes y en la paciencia con que sobrellevó las reprensiones por faltas que no había cometido, sus superiores le dedicaron a copiar libros y extractos de las obras de los Santos Padres.
A la muerte del abad Teoctisto, en 770, fue elegido para sucederle, a pesar de que no tenía más que treinta y seis años. Era una época de tribulación y peligro para los monjes ortodoxos; sin embargo, el monasterio de San Platón se salvó de la persecución del emperador iconoclasta, Constantino Coprónimo, gracias a lo escondido de su posición. En 775, San Platón visitó Constantino- pla, donde fue recibido con grandes honores; se le ofreció el gobierno de otro monasterio y el de la sede de Nicomedia, pero el santo no aceptó y ni siquiera quiso ser ordenado sacerdote. Sin embargo, más tarde abandonó el monasterio de Simboleon para ir a gobernar el de Sakkudión, que habían fundado cerca de Constantinopla los hijos de su hermana Teoctista. Después de desempeñar ese cargo durante doce años, lo cedió a su sobrino San Teodoro el Estudita.
Esto aconteció por la época en que el emperador Constantino Porfirogénito se divorció de su esposa María para casarse con Teódota. San Platón y San Teodoro encabezaron el movimiento monástico que excomulgó prácticamente al monarca. A resultas de ello, San Platón fue encarcelado y desterrado.
Cuando recobró la libertad, los monjes de Sakkudión habían tenido que ir a refugiarse en el monasterio de Studios, huyendo de los sarracenos. Allá fue a reunirse con ellos San Platón, quien se puso bajo las órdenes de su sobrino Teodoro. Vivía en una celda alejada de las demás y pasaba el tiempo en la oración y el trabajo manual; pero siguió oponiéndose a los excesos del emperador y tuvo que sufrir mucho por ello. Aunque era ya muy anciano y estaba enfermo, el emperador Nicéforo le desterró a las islas del Bosforo. Durante cuatro años soportó con ejemplar paciencia que le trasladasen constantemente de una isla a otra. Final- mente, en 811, el emperador Miguel I le puso en libertad. San Platón fue reci- bido en Constantinopla con muestras de gran respeto. El resto de su vida lo pasó postrado en cama. Fue a visitarle a su retiro el patriarca San Nicéforo, a cuya elección se había opuesto antes, para encomendarse a sus oraciones. San Platón murió el 4 de abril del año 814; San Teodoro pronunció su oración fúnebre.
Butler Alban - Vida de los Santos