¿Tiene un hijo adolescente? No se infarte. Mire qué riqueza de afectos encierran estos chicos. Iniciando la pubertad a los 12 años, surgen los grupos “masa”, donde no hay estructura y todos son como ovejas de un mismo rebaño. Predomina la necesidad de asociación y son superficiales, espontáneos e irreflexivos. Tienen gran necesidad de formar grupos.
Estos grupos luego se fraccionan y se forman otros más pequeños llamados “panda”. Se constituyen en función de afinidades personales. Cada miembro destaca en algo y es admirado por ello. Aunque todos son amigos de todos, cada uno tiene un mejor amigo dentro del grupo. Son solidarios y fieles a su amistad, comparten problemas y se dan mutua seguridad.
A los 14 años comienza la etapa de camaradería, donde el chico necesita encontrar su propia personalidad, descubrir su propio “yo”. Ya no influye a través del grupo sino con su persona. Busca intimar más con algunos pocos para compartir, dando lugar a las amistades particulares. Es la primera forma de amistad personalizada entre adolescentes de la misma edad y sexo. Entre los 13 y 14 años no está todavía maduro para tener una amistad particular con una chica. La naturaleza va preparando al joven para pasar del amigo a la amiga de forma más natural y madura psíquica y afectivamente. La naturaleza es muy sabia y ofrece una protección natural contra el uso prematuro del impulso sexual.