SE DICE que Claudio nació en el Franco-Condado de una familia senatorial y, que después de su ordenación, pasó a formar parte de la clerecía de Besangon. De acuerdo con la tradición generalmente aceptada, al cabo de doce años, se retiró al monasterio de Condate (que ahora se llama de Saint Claude), en las montañas del Jura, donde llevó una vida de austeridad y santidad. Elevado al cargo de abad, impuso o impulsó la regla de San Benito e hizo composturas a los edificios del monasterio. En 685, fue elegido obispo de Besangon; pero como ya era un hombre viejo y cansado, trató de rehusar la dignidad. Sin embargo, a fin de cuentas, tuvo que aceptarla y gobernó la diócesis con mucha prudencia durante siete años. Después renunció y volvió a Condate, cuya dirección retuvo durante su temporada de obispo. Murió en el año 699, a una edad muy avanzada. En otra tradición se muestra a San Claudio como a un sacerdote secular que mantuvo su puesto hasta que fue elegido obispo y se retiró al monasterio, dejando vacante el puesto.
El culto a San Claudio se extendió de manera extraordinaria en el siglo doce, al descubrirse que su cadáver permanecía incorrupto. Su sepulcro fue durante siglos un lugar de peregrinación donde ocurrieron curaciones milagrosas.
Alban Butler - Vida de los Santos