EN ESTE día conmemora el Martirologio Romano a los mártires Félix y Fortunato, en estos términos: "En Aquilea, la pasión de Santos Félix y Fortunato, que perecieron durante la persecución de Diocleciano y Maximiano. Después de colgarlos en los postes, les aplicaron antorchas encendidas en los costados, pero el poder de Dios las extinguió: se les arrojó entonces aceite hirviente y, como ellos insistieran en confesar a Cristo, fueron, por fin, decapitados". El mismo calendario honra el 23 de abril a los mártires Félix, Fortunato y Aquileo, pero la fecha, la forma y el lugar de su martirio, son completamente distintos a los de este caso. No se puede dudar de que el Fortunato en cuestión haya sido un auténtico mártir. No sólo le localiza claramente el Hierrmymianum como un residente de Aquilea, sino que el poeta Venancio Fortunato (c. 590) se refiere a los dos mártires con estos versos:
Et Fortunatum fert Aquileia suum.
Además, en Vicetia (Vicenza) se descubrió una antigua inscripción con las palabras: "Beati martyres Félix et Fortunatus". De acuerdo con sus "actas", ambos hermanos fueron naturales de Vicenza, pero fueron martirizados en Aquilea. Los cristianos de Aquilea recuperaron sus cuerpos y los sepultaron en lugar honorable; pero los fieles de Vicenza acudieron al punto a reclamar las reliquias y, para arreglar la disputa, se llegó al compromiso de que los restos de Fortunato quedasen en Aquilea y los de Félix fueran trasladados a su ciudad natal.
Alban Butler - Vida de los Santos